(Foto: @PresidencialVen)

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó este martes el decreto con las bases para la convocatoria a una Constituyente integrada por 540 representantes, que lejos de disipar la crisis que desde hace ocho semanas afronta su Gobierno, abre un nuevo flanco de conflicto con la oposición.

Entre aplausos de sus seguidores y críticas hacia la oposición, a la que acusó del «odio», la «violencia» y el «fascismo» en el país, Maduro ratificó el llamado a una Constituyente que anunció el pasado 1 de mayo, cuando se cumplía el primer mes de las manifestaciones en su contra y que transcurridas ocho semanas dejan decenas de muertos: 53 según la Fiscalía o 60 de acuerdo con el Gobierno.

El documento fue entregado por el gobernante al Consejo Nacional Electoral (CNE), que tiene la potestad para modificar o refrendar esta propuesta.

De inmediato, el Parlamento, que es controlado por la oposición, aprobó «desconocer» las bases de la convocatoria a la Constituyente y anunció que realizará por su cuenta y no a través del CNE, encargado de organizar los comicios en el país, un referendo para consultar al pueblo si está de acuerdo o no con este mecanismo.

«Es la Constituyente más democrática que logra el sueño que tenía nuestro comandante (Hugo) Chávez de darle la voz a los trabajadores, a la clase obrera, a los campesinos, a los comuneros, a los empresarios, a las personas con discapacidad, a los cultores, a los artistas, a las mujeres, a los estudiantes», dijo Maduro.

El jefe de Estado se pronunció en cadena obligatoria de radio y televisión desde el palacio presidencial de Miraflores, donde este martes culminó la marcha «por la paz y contra el fascismo» que protagonizaron centenares de chavistas en el centro de Caracas.

Maduro señaló que los 540 constituyentes serán elegidos «de manera directa, secreta, universal, a nivel territorial y a nivel sectorial», y defendió que tendrán «la voz y el poder del pueblo» en una «asamblea nacional originaria y plenipotenciaria».

Explicó que se elegirán 364 integrantes «territorialmente» y el resto se designará a partir del voto de sectores como los trabajadores, campesinos, pescadores, estudiantes, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, pensionados, empresarios, las comunas y consejos comunales.

La Asamblea Nacional Constituyente, que será unicameral, se instalará en las 72 horas posteriores a la proclamación de los vencedores.

Sin referirse directamente a las protestas organizadas por la oposición después de que el Supremo desconociera las funciones del Parlamento, medida que posteriormente ese poder revirtió en parte, Maduro aseguró que el dilema de Venezuela «está muy claro».

«O queremos paz o queremos violencia; o queremos tranquilidad o queremos ‘guarimba’ (protesta violenta); o queremos educación, trabajo y vida o queremos una guerra civil», dijo a sus seguidores.

Maduro reclamó que «basta de odio, basta de fascismo, basta de bandas armadas que amenazan, que saquean y que roban» y llamó al pueblo «a vigilar la paz en cada barrio, en cada avenida, en cada esquina, en unión cívico militar a defender el derecho a la paz».

Casi de forma paralela a la alocución de Maduro, el presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges, puso a consideración del Legislativo una propuesta de acuerdo en contra de la Constituyente.

Borges aseguró que hoy se terminó de «conocer» que la Constituyente «no será electa democráticamente por el pueblo, sino que Maduro va a decidir «quién vota», lo que, a su juicio, «no es otra cosa que la continuación del golpe de Estado».

Defendió que por ello el Parlamento la desconoce «total y cabalmente» y anunció que promoverán el referendo que «se niega a hacer» Maduro para consultar al pueblo si está de acuerdo o no con este mecanismo.

La Asamblea aprobó delegar en la comisión del «Frente ciudadano para defender la Constitución y la democracia», conformada por representantes de la sociedad civil, «los términos» en que se celebrará el referendo.

Ya antes de conocer las «bases» de la Constituyente, el magistrado del Tribunal Supremo de Justicia Danilo Mojica Monsalvo había expresado su desacuerdo con ese mecanismo.

«Debo indicar que, al igual que lo señaló la fiscal general de la República, (Luisa Ortega) la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente no es la solución a la crisis que sufre el país», dijo el jurista en una carta enviada a Maduro, a la que tuvo acceso Efe.

El letrado, que forma parte de la Sala de Casación Social, solicitó al presidente que reflexione «bien».

«Las tumbas de nuestra juventud circundan a Venezuela. Basta ya de pérdidas de más vidas inocentes. La historia no nos perdonará a quienes no actuemos en función del interés nacional», subrayó Mojica, al rechazar la represión contra las manifestaciones.




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