Más de 100 mil niños son forzados a mendigar por sus maestros en escuelas coránicas de Senegal, según un informe publicado hoy por la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
Conocidos como "talibés", estos menores viven en las escuelas coránicas, denominadas "daaras", adonde se les envía a aprender de memoria el Corán y donde sus maestros, llamados "marabuts", les obligan a mendigar diariamente dinero y comida, como arroz o azúcar.
Según el informe, "miles de estos niños viven en condiciones de extrema miseria", se les niegan alimentos y atención médica y "muchos también están sometidos a abusos físicos".
Entre 2017 y 2018, 16 niños murieron como consecuencia de las palizas o negligencia por parte de algunos maestros en las escuelas coránicas, según documenta HRW.
De esos niños, que tenían de 5 a 15 años de edad, tres murieron tras "palizas graves", cuatro en dos incendios en las escuelas coránicas, cinco en accidentes de tráfico mientras iban o evitaban regresar a sus "daaras" y cuatro por enfermedades no tratadas.
Tras visitar 22 escuelas coránicas y 13 centros y albergues, HRW advirtió de que, entre 2017 y 2018, en 8 de las 14 regiones de Senegal hubo 61 casos de palizas o abusos físicos, 15 casos de violación o intento de abuso sexual y 14 niños encarcelados, atados o encadenados a veces durante semanas o meses como castigo.
En 43 de los casos de abusos físicos documentados, los niños fueron golpeados por los maestros o sus ayudantes por no traer la suma de dinero solicitada después de mendigar.
"No me gustaba la 'daara' porque nos golpeaban todo el tiempo si no memorizábamos los versos del Corán o si no traíamos dinero. En la 'daara' te golpean hasta que crees que morirás", dijo a HRW un menor de 9 años que huyó de su escuela coránica en 2018.
Otro niño, de unos 15 años, que también se escapó de su "daara", describió haber sido testigo de cómo los "talibés" mayores abusaban sexualmente de los más jóvenes.
Entre los niños observados en las calles y en las escuelas coránicas visitadas, la ONG constató que muchos tenían infecciones o enfermedades visibles, pero no habían recibido tratamiento médico.
En 13 escuelas se proporcionaba poca o ninguna comida y a menudo no tenían letrinas, jabón o mosquiteras para proteger a los niños de la malaria.
Aunque Senegal tiene leyes que prohíben el abuso infantil y la trata de personas, y el Gobierno se ha comprometido en varias ocasiones a abordar este problema, los esfuerzos han tenido un "impacto limitado".
"Las autoridades senegalesas dicen que están comprometidas con proteger a los niños y poner fin a la mendicidad forzosa de los niños, entonces ¿por qué siguen operando tantas 'daaras' abusivas, explotadoras o peligrosas?", declaró en una nota de prensa Corinne Dufka, directora asociada para África de Human Rights Watch.
HRW y la Plataforma para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, una coalición de organizaciones senegalesas, solicitaron hoy que el presidente de este país africano, Macky Sall, reelegido en 2019, utilice su segundo mandato para aplicar medidas que protejan a estos niños. EFE