Como lo sospechaba su familia, el mensajero motorizado José Luis Rodríguez Vallenilla (40), desaparecido desde el 23 de agosto, se encontraba en la morgue de Bello Monte.
La esposa y otros familiares acudieron el lunes por séptima vez a esa dependencia, dos hermanas revisaron las fotografías de los muertos a través de una computadora, y no lo encontraron. Se marcharon desconsoladas y a las 4 de la tarde recibieron una llamada de la subdelegación del Cicpc de El Paraíso, indicándoles que fueran a recoger las pertenencias del difunto, y que el cuerpo estaba en la morgue.
Les entregaron los documentos, el bolso con un pequeño frasco de aceite comestible y una panela de jabón azul, y les dijeron que la moto estaba bajo resguardo.
Este martes comenzaron a hacer los trámites para retirar el cuerpo y muy atribuladas expresaron que tendrían que enterrarlo sin velatorio, porque estaba descompuesto.
Rodríguez trabajaba en una distribuidora de repuestos en El Paraíso, cerca de La India, de donde salió a las 5:30 de la tarde en su moto Empire Horse II, color rojo, llevando de parrillero a un compañero de trabajo que vive en El Cementerio.
Allí estuvieron conversando largo rato, pasadas las 7:00 de la noche Rodríguez se retiró rumbo a su casa, ubicada en el barrio San Antonio de El Valle, pero no llegó.
Como no acostumbraba a pernoctar fuera del hogar, su esposa se preocupó y al día siguiente se movilizo con los demás familiares para buscarlo. Fueron a hospitales, cuerpos policiales, difundieron la noticia por las redes sociales, en vista de que no obtenían ninguna respuesta acudieron la primera vez a la morgue y como les dijeron que no estaba allí albergaban la esperanza de encontrarlo vivo.
Una señora que contactó por Facebook a una prima de Rodríguez, le contó que lo habían matado a tiros cuando circulaba en su moto por Prado de María, detrás de la Iglesia La Milagrosa. La informante señaló el día, la hora, y describió cómo estaba vestido el motorizado, por lo que los familiares volvieron a la morgue y la respuesta fue la misma.
Dionisia Vilera dio a gracias a Dios por haber localizado el cadáver de su esposo, ya que llevaba muchos días con la incertidumbre, y cuestionó la falta de coordinación en las dependencias públicas.
El mismo día el cuerpo fue llevado a la morgue del hospital de Coche, y el 25 lo trasladaron a Bello Monte.
-No es justo que los familiares tengan que pasar por esta travesía durante tantos días, hacía falta que nos dieran una respuesta inmediata.