El director, productor y actor cubano Arquímedes Rivero, recordado por su protagonización de la radionovela Martín Valiente, el Ahijado de la Muerte, falleció este jueves 2 de diciembre en Miami, Estados Unidos, a los 91 años de edad.
El periodista Roger Izzedin, dio a conocer la información a través de su cuenta deTwitter.
Arquímedes Rivero llegó a Venezuela en 1954 invitado por unos parientes que ya residían en el país. Tras llegar a Caracas, Rivero se enamoró de la ciudad y decidió quedarse. Cuatro años después adquirió la nacionalidad venezolana y comenzó a trabajar en la industria del entretenimiento.
En una entrevista periodística confesó que como en Cuba había tantos actores y se ganaba poco dinero, decidió establecerse en Caracas, donde lo contrataron en Radio Rumbo. Fue allí donde hizo la famosísima radionovela Martín Valiente, el Ahijado de la Muerte, que le hizo ganar renombre como actor en Venezuela.
Tras su éxito en la radionovela, llegó a Radio Caracas Televisión (RCTV) en 1969, donde produjo decenas de telenovelas. Su nombre figuró entre los responsables del éxito de las telenovelas La Usurpadora, Doménica Montero y La Indomable, entre otras producciones que rebautizó posteriormente Televisa.
A partir de 1988 Arquímedes Rivero pasó a trabajar para Venevisión, donde tuvo una fructífera carrera como productor de telenovelas.
Hace siete años Rivero se mudó a Miami, desde donde seguía soñando con continuar cosechando triunfos y realizar una telenovela en España con Penélope Cruz y Fernando Colunga.
En su época de actor en Cuba, participó en las películas «Cuando las mujeres mandan» (1950) y «Bajo el cielo habanero» (1951). Pero antes de eso, en 1948, interpretó al médico de Don Rafael del Junco en «El derecho de nacer», sin imaginarse que unos años después haría el personaje de Albertico Limonta en la versión venezolana.
Otro personaje que hizo en Cuba fue el de Eduardo Chibás (líder del Partido Ortodoxo), en su etapa juvenil, en una serie sobre su vida. También trabajó Panamá y otros países de Centroamérica como Costa Rica, Nicaragua y Honduras.
Estuvo casado por más de medio siglo y fue padre de cinco hijos. De ellos, la única que heredó su afición a las historias de amor, fue su hija Omaira, quien fue dialoguista de «Gata Salvaje», «Pecadora» y «Amor comprado», entre otros trabajos.
Con información del Diario Las Américas y Miami Herald
