La iglesia católica rechaza la celebración de la fiesta de Halloween, también conocidas como la noche de brujas, por considerar que en ella se le rinde tributo al ocultismo y al terror.
El padre Alberto Márquez, rector del seminario Nuestra Señora del Socorro y doctor en teología dogmática, recuerda que esta es una tradición que comenzó en Irlanda hace más de un siglo, para celebrar el Día de los Santos, pero se convirtió después en una celebración al terror.
Esto se diferencia de la celebración del Día de los Muertos en México, donde el festejo se centra en recordar a los familiares y amigos, con flores, comida y altares decorados.
Con Halloween se le rinde culto al terror, a lo sombrío, a lo tenebroso y a todo aquello que resulta feo y desagradable, pero que se intenta aparentar como atractivo.
El sacerdote citó lo ocurrido en Saúl, donde murieron más de cien personas durante la celebración de Halloween.
Comentó que no hay una cosa más agradable que la paz, la armonía y la belleza espiritual. Sugiere que no se puede normalizar lo malo y a las tragedias.
Por su parte el padre Eduardo Acosta, de Barquisimeto, pide a las madres que no disfracen a sus hijos de diablitos, porque esto no es católico, por el contrario, representa al mal.
Sostuvo que con estas fiestas se intenta buscar lo que está oculto, y es donde entra el demonio.
Invita a los católicos a celebrar el Día de los Santos y de los Fieles Difuntos, en los primeros días de noviembre.
Como se recordará, el fallecido cardenal Jorge Urosa Savino, cuando era arzobispo de Valencia, siempre cuestionó la celebración de esta fiesta.
Decía que simplemente no era un practica católica y por lo tanto debía rechazarse.
