“¿Mejores partidos? Claro que sí. ¿Mejores políticos? Por supuesto. Pero para eso hacen falta ciudadanos comprometidos, que hagan algo más que quejarse en Twitter o en la barra del bar.” Ignacio Escolar

Se puede entender que el buen ciudadano es aquel que sabe utilizar su libertad, se conduce de acuerdo con las reglas, normas y leyes vigentes, ha excluido la solución violenta de los conflictos, es capaz de argumentar y pactar los desacuerdos, asume las consecuencias de sus acciones, puede ponerse en el lugar de quien no tiene sus mismas convicciones y cuida su ciudad; tanto como se preocupa por la relación con los demás.

El ciudadano tiene la obligación como tal, además de participar en política de entenderla, de ser consciente que está en juego su vida, su futuro y el de los suyos; y también debe saber distinguir lo bueno de lo malo, cuando lo están manipulando y sobre todo cuando lo están engañando, debe crear un criterio propio y compartirlo con los demás, debe saber analizar y cuando se decida a criticar debe hacerlo con responsabilidad, porque sin saberlo en ese momento está haciendo “política”.

Ser ciudadano consiste no sólo en la figura legal que nos da la posibilidad de elegir o de ser electos, sino en dos aspectos fundamentales: en el sentido de pertenencia a una comunidad, a un país, somos venezolanos; y en el sentido de responsabilidad: somos nosotros los que podemos y debemos solucionar los problemas, ya sea directamente, o por medio de las autoridades que nosotros mismos elegimos. Ese sentido de pertenencia y responsabilidad nos lleva a la participación.

Como sostiene Fernando Savater: “La diferencia entre una democracia y un autoritarismo es que en la democracia somos políticos todos… Porque todos en una democracia somos políticos y no hay más remedio que serlo. Lo fastidioso es que nos obliga a tener que preocuparnos siempre por la cuestión política, y para eso hay que aprender a participar en la gestión pública de las cosas…”.

Somos los ciudadanos los primeros responsables de hacernos cargo del momento histórico que vivimos. De nuestra capacidad, tenacidad, preparación y sabiduría para visualizar nuevas perspectivas de desarrollo y convivencia, dependerá el país que anhelamos.

No puede haber ciudadanía si no hay participación. No debemos ser simples votantes, debemos elegir, y de hecho, ahora se nos presenta una elección que al plantearse como se ha planteado, nos obliga a participar… pues somos responsables y ser responsable significa poder dar cuenta de los propios actos, significa responder, contestar.

La mayoría de los venezolanos tienen sus esperanzas puestas en las Primarias que se realizarán el próximo 22 de octubre. Como también tienen claro que la salida a este prolongado marasmo está en votar en las elecciones de 2024.

Así las cosas, no permitamos entonces que decaiga la fuerza y el empuje de la pasión que debe acompañarnos en ese camino que hemos emprendido para recuperar las esperanzas truncadas y el porvenir de nuestro país. Depende de nosotros que la nuestra no sea una historia de oportunidades perdidas y de posibilidades no aprovechadas…

Manuel Barreto Hernaiz.




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