el protagonismo de Estados Unidos (EEUU) como país productor de crudo y el debilitamiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) son importantes "cambios estratégicos" del sector , dijo Ramírez (Foto cortesía)
La OPEP+ debería haber expulsado a México en lugar de permitir que bloqueara durante cuatro días el recorte de la producción de crudo que finalmente se selló el pasado domingo, tras una «extraña» intervención de Estados Unidos, opina el exministro venezolano de Petróleo Rafael Ramírez.

Para quien fuera también presidente de la compañía estatal PDVSA durante el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez, el protagonismo de Estados Unidos (EEUU) como país productor de crudo y el debilitamiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) son importantes cambios estratégicos del sector que quedaron patentes estos días, también en el conflicto con México.

«Yo hubiera sacado a México (de la OPEP+), sin lugar a dudas», dijo Ramírez, este miércoles, en una entrevista telefónica con Efe, al recordar la persistente negativa del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a aceptar reducir el bombeo en un 23 %.

A ese porcentaje de rebaja habían accedido el resto de los productores participantes en la reunión telemática urgente que celebró el pasado día 9 la llamada OPEP+, es decir, la OPEP y sus aliados, entre los que se cuentan Rusia y México.

Después de que algunos delegados hubiesen adelantado que, tras poner Riad y Moscú fin a la guerra de precios que mantenían desde hacía un mes, se estaba ultimando un recorte de la producción de 10 millones de barriles diarios (mbd), otros filtraron que la ministra mexicana, Rocío Nahle, había abandonado la mesa de negociaciones.

Así, tras once horas de negociaciones, la OPEP comunicó que el acuerdo quedaba supeditado a la adhesión mexicana.

«Parecía algo inaudito. Hablaba de la muy poca fuerza política que tenía el acuerdo», subrayó Ramírez.

El compromiso sería que cada país reducía sus extracciones en un 23% respecto al nivel de octubre de 2018, con lo cual a México le correspondía recortar las suyas en 400.000 barriles diarios (bd).

Esperaban 400.000, después se hizo la concesión de que bajara a 350.000 y ni siquiera así aceptó. Al final termina reduciendo 100.000, y Estados Unidos dice que pone los 250.000 restantes pero nadie sabe exactamente cómo, comentó.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «llamó a López Obrador y le dijo que él ponía» el resto de los barriles correspondientes al recorte México, «no se sabe todavía cómo ni a cuenta de qué», destacó Ramírez.

Finalmente, en lugar del recorte de 10 mbd, se aprobó en la noche del domingo uno ligeramente menor, 9,7 mbd, al restarse los 300 mil barriles diario que no reducirá México, sino supuestamente EEUU.

La situación ha revelado «fisuras de debilidad política» cuando hubiese sido muy importante» una aprobación contundente del acuerdo en la noche del jueves, opinó  Ramírez.

Lo más extraño es que nuevamente las cosas se resuelven por la actuación del presidente de EEUU) Donald Trump, quien había sido clave en la gestación del recorte cuando presionó sobre Rusia y Arabia Saudí para que redujeran los suministros.

Nadie sabe cómo EEUU se mete en la discusión de la OPEP+. Es decir, hay una cantidad de cosas que están sucediendo de espaldas a la opinión pública, pero lo que sí reflejan es que el presidente Trump se ha movido muy duro para lograr el objetivo que él quería, al menos parcialmente, insistió Ramírez.

En este contexto, resaltó el papel decisivo de Trump al liderar una iniciativa que, en su opinión, debían haber tenido el presidente ruso, Vladímir Putin, o el rey saudí.

Recordando los más de diez años que representó a su país en la OPEP como ministro de Petróleo, Ramírez comentó que hace poco tiempo hubiese sido impensable que EEUU estuviera a favor de que se tome una medida para subir los petroprecios. Por el contrario, lo habitual sería que Washington presionara en sentido contrario.

Entretanto, ese país el primer productor de crudo del mundo, seguido de Rusia y Arabia Saudí. Y en estos, el desplome de la demanda petrolera causada por la pandemia del COVID-19, junto al derrumbamiento de los precios, son una seria amenaza para la importante industria petrolífera estadounidense.

Por eso digo que el mercado petrolero está confrontando cambios estratégicos que tal vez están pasando inadvertidos, pero obviamente los Estados Unidos están de vuelta como un gran ‘player’ en el mercado del petróleo, concluyó Ramírez.




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