Casa Hogar San Vicente de Paúl, ubicada en Naguanagua.

Delicada. Así definen los gremios de la salud la situación en la Casa Hogar San Vicente de Paúl, ubicada en Naguanagua, donde se registró la séptima muerte asociada a COVID-19.

La madrugada de este lunes falleció Amparo Hernández, de 95 años, quien fue dada de alta el domingo, tras una semana de su traslado al Hospital Rafael González Plaza.

Mientras que el sábado 19 se conoció del deceso en el asilo de Braulio Natera de 82 años, quien también tenía síntomas claros de coronavirus.

Actualmente se desconoce el número exacto de residentes del ancianato con la enfermedad. En el González Plaza aún está uno de los que fue trasladado el domingo 13 y se sumó Carmen Betancourt, quien llegó al lugar en la misma ambulancia dónde se llevaron el cuerpo de Hernández, la mañana de este lunes.

Hasta la semana pasada se conoció que eran solo mujeres las que se mantenían con síntomas de COVID-19, pero el fallecimiento de Natera encendió las alarmas del lado masculino.

Sin asistencia

El miércoles 16 fue la última vez que personal de Insalud acudió a la casa hogar. Trascendió que le tomaron las muestras de hisopado a los residentes y trabajadores de la institución, pero hay resultados que no han llegado. Esto dificulta el aislamiento oportuno de los pacientes porque existe la posibilidad de que varios estén contagiados sin síntomas.

La exigencia de los gremios de la salud en la entidad es a que se implemente una jornada de vacunación en la casa hogar, pero aún no se ha obtenido respuestas al respecto.

Hasta ahora son organizaciones como Médicos Unidos Venezuela, Colegio de Enfermería de Carabobo y la sociedad civil, los que han apoyado con insumos, medicamentos y hasta labores de limpieza.

Se espera que esta semana realicen, por iniciativa propia, un recorrido por diferentes asilos de la entidad para determinar las condiciones en las que se encuentran sus residentes y personal.

Los fallecimientos

Los fallecimientos en la Casa Hogar San Vicente de Paúl comenzaron el lunes 7 de junio con Alfonso Trujillo, y su hermana Mercedes murió al día siguiente. Ambos tenían prueba positiva de COVID-19.

A partir de entonces, varios residentes presentaron síntomas de coronavirus y Sor Carmen Prada, religiosa que trabajaba en el asilo, murió el jueves 10 de junio.

El domingo 13 en la mañana, mientras se recibían donativos, murió Rosa Vázquez, una residente de más de 70 años, quien también tenía sintomatología de COVID-19, mientras el martes 15 falleció en el Hospital Rafael González Plaza, Sergina Ríos Martínez, quien había sido trasladada el domingo 13 a ese centro asistencial.




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