Niños y adultos mayores se ven forzados a cargar agua por fallas en el suministro. Foto: Francis Tineo

Lo sandieganos están agotados. En las zonas altas de las urbanizaciones La Esmeralda y El Morro II tienen más de tres semanas sin agua corriente y los vecinos han tenido que recorrer largas distancias en búsqueda del líquido vital.

Niños y adultos mayores cargan los botellones al hombro, en carruchas o coches, y se dirigen hasta la toma más cercana: no tienen vehículo propio ni el poder adquisitivo para contratar una cisterna que oscila entre los $30 (cinco mil litros).

Desde que los directivos del liceo Hipólito Cisneros y el colegio Clorinda Azcunes pusieron a disposición los grifos de las instituciones, los residentes necesitados forman fila desde tempranas horas de la mañana para abastecerse. En El Morro II los vecinos resuelven de manera similar, aprovechando la toma de agua de los parques.

Años de precariedad

Rosario Cáseres, de 55 años, miembro de la mesa técnica del agua en el municipio, asegura que los problemas del servicio en San Diego se remontan al 2012, cuando el suministro empezó a ser irregular. Primero fallaba por horas, luego por días hasta que los vecinos se acostumbraron a que el agua llegara una sola vez por semana. “No es la primera ocasión que nos quedamos sin agua, pero sí la primera vez que la falla es tan extendida”.

San Diego sin agua
Sandieganos se las ingenian para transportar los botellones de agua. Foto: Francis Tineo

Cáceres no sabe cuánto más pueda soportar el cansancio. Vive con su mamá de 76 años, a quien ya le cuesta caminar dentro de las cuatro paredes de su casa: sabe que sólo cuenta con su propio esfuerzo, por eso se va a media mañana cargando un botellón hasta el colegio, cuando la cola no es tan extensa. “Mi mamá está en una edad delicada y estamos pasando por un momento donde el higiene es muy importante. Si no vengo, nadie más lo hará por nosotras”.

En pocas manzanas del sector alto el agua llega de madrugada, una sola vez a la semana. “Uno tiene que trasnocharse para llenar lo poquito que alcance con el hilito que sale”, indicó Juan Flames, cuya familia de cinco miembro requiere de al menos dos botellones diarios.

Sin tanques, sin agua

Los más afectados son quiénes no invirtieron en  tanques de agua antes que se agudizara la crisis económica que atraviesa el país. Quiénes cuentan con el almacenamiento subterráneo al menos pueden optar por la contratación de camiones cisternas para abastecerse durante unos días.

Dan Diego sin agua
Vecinos se ponen de acuerdo para contratar entre varios un camión cisterna. Foto: Francis Tineo

Mauricio Vásquez, dueño de un camión cisterna, considera que la mayoría de las personas no puede pagar su servicio porque los costos han incrementado debido a la escasez de gasolina. “El precio de la gasolina subió, tenemos que pagarla a precio internacional y ese costo añadido se le cobra al cliente. Entonces se les hace más difícil a los vecinos al punto en que se deben poner de acuerdo para cancelar el viaje entre varios”.

Hidrocentro no responde 

Vecinos aseguran que la escasez en La Esmeralda se debe a una tubería rota cuya reparación no ha concluido. “Hidrocentro dijo que no tenía maquinaria,  entonces el alcalde la consiguió la semana pasada y el domingo estaban soldando el tubo, pero seguimos sin agua”, explicó Aldo Alvarado.

Otros vecinos aseveran que una falla en el sistema de bombeo sería la causante de la falta del suministro, que estaría  afectando al 40% de los sandieganos según señaló la semana pasada la primera autoridad local, Leon Jurado, durante una entrevista  en el programa En Contexto de Unión Radio Valencia.

Este miércoles Jurado volvió a denunciar en su cuenta de Twitter la escasez del servicio en la ciudad. “Cuarta semana sin recibir agua por parte de Hidrocentro en las zonas altas de nuestro municipio (Magallanes, Morro II y La Esmeralda)”.

San Diego sin agua
U.E. Hipólito Cisneros presta toma de agua a vecinos afectados por escasez. Foto: Francis Tineo

La suma del caos

Cansados y abrumados por las deficiencias de otros servicios básicos, los sandieganos exhortaron a las autoridades competentes solucionar la problemática lo antes posible, con la esperanza pasar unas festividades decembrinas en tranquilidad.

“El mes más bonito del año lo estamos pasando sin gas, sin luz, sin agua, sin gasolina: todos los problemas se juntan en detrimento de la calidad de vida del ciudadano”, expresó Teodaldo Sequera, un señor de 65 años que asegura que en su juventud, cuando vivía en un pueblo, jamás tuvo que  cargar tanta agua como ahora.




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