“¡Uno de los recursos vitales más apreciados, que más desean los seres humanos, y que ha sido siempre motivo de conversaciones entre quienes hablan de todo, sin saber o no, es el tema de la felicidad! Cuánta felicidad deseamos todos, siempre, desde el más pobre al más rico. ¡Temas cercanos, además, por sus características, improvisaciones y especulaciones, son el de la esperanza y el del futuro!
La felicidad humana no se logra por la «suerte» o por las «esperanzas» que se cumplan a veces, sino por las pequeñas acciones, inesperadas, de todos los días, lugares y horas, que nos acercan a logros deseados.
Pero la felicidad no es, como algunos han creído, una “sucesión” de regalos, de bienestar, de toparse con los dioses de la “fortuna”, o con el boleto ganador en la lotería. ¡En el mundo de la felicidad, nada es fácil, y nada nos va o nos viene, como si fuese regalado! ¿Pero, qué más decir sobre la felicidad?
¡Felicidad no es alcanzar un objetivo, una meta o línea de llegada, ansiada y lograda en una carrera acelerada! Felicidad es vivir en el momento fugaz de sentirnos cómodos, relajados, sin presión anímica, ¡y vivaces!
Pero, aclaremos, que ser feliz NO es estar en el asunto que uno quiere, ¡por imposición! ¡Porque ser feliz es querer, desear, o disfrutar lo que hagamos y apoyamos! “La felicidad es siempre interior, no exterior; por lo tanto, no depende de qué tenemos, sino de lo que somos”. Por esto, la felicidad no se le ve fácilmente a la gente por afuera, porque siempre se está disfrutando internamente.
Salgamos vigorosos al contacto con la vida, y para lograr lo que queramos. ¡Tener éxitos es lograr deseos; y ser feliz es querer lo que logremos! ¡Qué amplia y clara diferencia!
La paciencia para lograr, aun la que se programe, puede ser difícil, también amarga, y presionada por la ansiedad y las angustias, pero su fruto de felicidad es dulce, placentero y relajante.
El destino de los seres humanos está hecho de la sumatoria de momentos sufridos, pero también de los instantes de felicidad, toda vida los tiene, pero no de largas épocas felices. La felicidad la bebemos en copas hermosas, y se sirve en pequeños tragos…