El alcalde de Cali, Maurice Armitage, decretó este jueves el toque de queda en esa ciudad, la tercera de Colombia, para contrarrestar el vandalismo que se desató en algunos barrios durante la jornada de protestas en el país contra la política económica y social del Gobierno del presidente Iván Duque.

“Después de ver la manifestación de unas 20.000 personas que concurrieron en paz hasta el CAM (Centro Administrativo Municipal), no tengo otra opción que decretar el toque de queda (…) Una serie de vándalos, desadaptados y delincuentes están atracando y saqueando negocios. Esto no lo vamos a admitir. Les caerá todo el peso de la ley”, dijo Armitage a periodistas.

Las protestas de este jueves son las más grandes contra el Gobierno de Duque y ocurren en un momento de agitación social en América Latina lo que acrecentó el temor a un brote de violencia.

Para evitar desmanes, el Gobierno puso en marcha medidas de seguridad que incluyen el cierre de las fronteras, despliegue de policías, vigilancia aérea y refuerzo de militares si es necesario en algunas ciudades.

El Gobierno Nacional recordó esta semana a alcaldes y gobernadores que son ellos los responsables del mantenimiento del orden público y les autorizó a decretar el toque de queda, la ley seca y la prohibición del porte de armas si lo consideran necesario.

El secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar explicó a periodistas que la medida regirá a partir de las 19.00 hora local (00.00 GMT del viernes).

“A partir de las siete de la noche nadie puede estar en las calles, en toda la ciudad”, manifestó el funcionario y dijo que la medida cuenta con la aprobación del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y de la gobernadora del departamento del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro.

EL LUNAR DE LA JORNADA

Cali, capital del Valle del Cauca, es el lunar de la jornada nacional de protesta de este jueves ya que vándalos encapuchados aprovecharon la movilización popular para destruir semáforos, cámaras de seguridad y otros bienes en distintos puntos de la ciudad.

También hubo saqueos a supermercados y atracos, especialmente en el sector de Unicentro, en el sur de la ciudad.

“Vamos a tomar todas las medidas, como dijo el alcalde, contra los vándalos, los desadaptados y los violentos, que han estado intentando saquear almacenes en Cali, que han estado haciendo bloqueos”, añadió Villamizar.

El funcionario lamentó que el esfuerzo de “las 20.000 personas que marcharon en paz se vea empañado por las acciones criminales de unos pocos”.

“No vamos a permitir que la ciudad quede secuestrada por unos pocos vándalos y unos pocos delincuentes”, aseveró.

Villamizar detalló que mientras esté en vigencia el toque de queda “el Ejército y la Policía van a ejercer el control en la ciudad”.

Además de los saqueos y la destrucción de bienes públicos, las autoridades de Cali contabilizaron 18 bloqueos al tráfico de vehículos, en algunos de los cuales hubo refriegas con la Policía que acudió para restaurar el orden.

El MIO, sistema de autobuses públicos de Cali, funcionó en las primeras horas del día, pero luego interrumpió sus operaciones debido a los obstáculos que manifestantes




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