José Angel Ferreira, vicerector administrativo de la Universidad de Carabobo. (Foto archivo)

Luego de varias semanas del anuncio presidencial acerca del nuevo salario mínimo, aún no han llegado a las universidades nacionales, las instrucciones por parte del Ministerio de Educación Universitaria ni la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu) para conocer cuál será la nueva escala o tabla salarial a aplicar al personal universitario.

El vicerrector administrativo de la Universidad de Carabobo, José Ángel Ferreira, expresó su preocupación porque, según señaló, el aumento del salario mínimo para los universitarios es medular, ya que constituye la parte básica de las fórmulas que abarcan todos los niveles de las tablas salariales universitarias, conformados por cinco niveles de personal obrero, 15 niveles de empleados administrativos, y cinco niveles de profesores con distintas dedicaciones.

En su opinión, el incremento anunciado tiene un efecto sistémico en este proceso.

“Lo correcto y lo esperado en función de esas tablas, con las cuales nunca estuvimos de acuerdo, pero son las que han venido funcionando en los últimos años, es que los sueldos suben 18 veces en proporción al sueldo actual”.

Detalló que un vigilante pasaría de tener un salario base de Bs. 103 a Bs. 1.041; un oficinista de Bs. 148 a Bs. 1.172; una enfermera con 22 años de antigüedad, pasaría de Bs. 174 a Bs. 2.332; y un profesor titular a dedicación exclusiva con 25 años de antigüedad, que es el máximo escalafón, pasaría de ganar Bs. 295 a Bs. 4.512, por ejemplo.

Dijo que de manera extraoficial se conoció que el Ejecutivo pretendería poner techo a esta tabla. Lo cual es simplemente inadmisible, inmoral e injusto.

“Si es así, la medida tendrá un absoluto rechazo de todo el país universitario”, aseguró Ferreira.

Agregó que aún con este aumento, el personal de las universidades nacionales sigue teniendo los salarios menos competitivos de América Latina, pero con respecto a los montos actuales, representa una esperanza de comenzar a rescatar un salario que permita ir a trabajar y recuperar procesos de seguridad social que también se han desvanecido en el tiempo.

“Ya hemos escuchado que el salario mínimo no subirá con el aumento del petro, sino que se mantendrá fijo en $30. Aun ante este aviso fuera de toda lógica, lo importante es que se cumpla con la incorporación de esa cantidad en toda la tabla antes referida, la cual producirá un impacto positivo que mejorará la moral universitaria y adicionalmente contribuirá a rescatar los procesos de presencialidad planteados como meta para este año 2022”.

El vicerrector ucista finalizó con un llamado al Ejecutivo Nacional para que no frustre los legítimos derechos de los trabajadores universitarios y para que se normalice la situación a partir de abril, dado que ya las maquetas presupuestarias de marzo fueron enviadas, y que este proceso sea efectivamente como lo han hecho los últimos años, cuando se han producido aumentos del salario mínimo de esta magnitud.

 




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