Foto Carolina González

María Simons emigró hace dos años a Colombia. La búsqueda de un mejor futuro para sus hijos la obligó a dejar su país. Hace unos años sufrió una fractura de tibia, pero el clavo que le colocaron se soltó. Pese a tener todos los exámenes, no había logrado la atención requerida, pues la cita en el sistema de salud nacional se la dieron para septiembre. Este martes esperaba en el campamento II su turno para acceder a la consulta que la llevaría al buque hospital USNS Comfort a restablecer su movilidad.

El proceso para acceder a los beneficios de la operación Promesa Duradera, la misión humanitaria que el buque Comfort despliega en Colombia desde el lunes, ha sido sencillo. «Yo fui a la consulta y me dieron la cita para venir acá».

Para atender casos como el de María, el buque USNS Confort cuenta con 12 quirófanos, unidad de rayos X y de tomografía axial computarizada, 50 camas en el área de emergencia, 80 en cuidados intensivos y 870 para cuidados menores. Tiene además sala de fisioterapia, quemaduras, servicios de optometría y de odontologia. Hay dos laboratorios médicos y uno de lentes. El banco de sangre tiene capacidad para cinco mil unidades.

El jefe de la unidad médica del buque, capitán de la armada estadounidense Charles Cather, detalló que están en capacidad de atender a 300 pacientes al día y que en casos de emergencia podrían ocupar las mil camas. «El diseño original del buque es para atender pacientes de emergencia de combate, pero también se usa en misiones humanitarias, como esta en la prestamos apoyo a esas personas que no pueden ser atendidas en sus países de origen por dificultades en los sistemas de salud».

 

Capitán Charles Cather. Foto Carolina González

El USNS Confort, un barco petrolero convertido en buque hospital de 272 metros de eslora, tiene una pista de aterrizaje para helicópteros que trasladan pacientes. Está en capacidad de producir su propia agua y también oxígeno, para lo cual cuenta con una planta.

En el buque trabajan 950 personas entre médicos, técnicos, cocineros, peluqueros y personal de seguridad. El número de voluntarios varía dependiendo del país al que vayan,pero en esta oportunidad son unos 60.

Para captar a los pacientes que luego serán sometidos a cirugías en el buque fueron instalados los campamentos I, en el Coliseo Mayor de la Villa Bolivariana de Santa Marta y II en el Colegio Inem Simón Bolívar, donde acceden a consultas y tratamientos y, si el caso lo amerita, a operaciones que se realizan en el barco. Primordialmente se operan pacientes con cataratas, labio leporino, problemas en los párpados y  hernias. La intención es atender a cinco mil persona durante las jornada humanitaria que termina este domingo. Hasta este martes habían sido atendidas 480.

Voluntarios de corazón

A bordo del USNS Confort se respira solidaridad. La jerga y actitud militar desaparecen frente a la necesidad humana. Sonrisas, abrazos, bromas y la caricia oportuna se hacen presentes cuando llegan y también cuando se van los pacientes.

En total 200 médicos trabajan a bordo del buque Confort, 10 de ellos son voluntarios miembros de la asociación Venezuelan American Medical Association (VAMA, por su siglas en inglés). Estos profesionales costean sus gastos, pagan por su estadía al tiempo que dejan de pasar consultas en Estados Unidos. Ellos ofrecen su conocimiento y el buque la logística, los insumos y medicamentos, una dupla altamente beneficiosa para las personas en condición de vulnerabilidad.

El doctor Simón Angeli es un otorrinolarringólogo caraqueño radicado en Estados Unidos desde hace 20 años. Esta es su primera experiencia en una actividad humanitaria. Su norte, ayudar a pacientes de Santa Marta y a los venezolanos en condición de migrantes. «Este es un hospital con una capacidad impresionante y una calidad de prestación de salud muy buena, a nivel de cualquiera en EEUU. El equipo de salud está integrado por personas de una capacidad extraordinaria».

Doctor Simón Angeli

«Tratamos pacientes que no tienen la posibilidad de ser atendidos en sus países, muchos son venezolanos en condición de migrantes y también colombianos». El doctor Angeli agradeció a las autoridades locales colombianas, que han ayudado a la operación humanitaria; y a las autoridades del barco que les permitieron estar allí.

Angeli ha atendido a venezolanos que requieren intervenciones quirúrgicas por problemas congénitos no tratados, sordera o infecciones crónicas. Ellos son seleccionados por el equipo que opera en tierra y que los envían al buque.

Doctor Ariel Kaufman

Desde hace cinco años el urólogo Ariel Kaufman ejerce en Miami. Cada dos meses viaja a Venezuela a operar. En Río Hacha y ahora en Santa Marta, ha participado en las operaciones humanitarias del Confort. «Esta es una experiencia que te recarga el espíritu, no tiene precio. He atendido a muchos niños con problemas congénitos. Sabemos que no vamos a resolver todos los problemas, pero cada niño que atendemos es una familia y eso es importante».

Los venezolanos y los colombianos son pacientes muy necesitados. Para el médico, el venezolano es un hermano tuyo, la conexion es enorme, porque es un venezolano atendiendo a otro venezolano. «Eso nos emociona a ambos».

Amil Kauzman

Pero los voluntarios no son solo médicos. Amil Kauzman es una intérprete venezolana, de Caracas, que llegó al Comfort a ayudar. Para ella se trata de la satisfacción de saber que hay tanta gente en Colombia que necesita ayuda y tener la oportunidad de ayudarlos de la mejor manera. «Traducir no es solo decir las palabras, es conectarse de la mejor manera. El venezolano no se rinde, trabaja duro. algunos están pasando más trabajos que otros, por eso estamos aquí, para ayudar a los sistemas de salud locales que están abarrotados por la cantidad de migrantes que hay y descargar ese proceso».

Esta era mi oportunidad

Ada Peña esperaba por su ingreso a quirófano. Ella sería operada de cataratas en ambos ojos. Siempre deseó operarse, pero no lo había logrado por falta de recursos. Esta ciudadana colombiana solo tiene palabras de agradecimiento. «Siempre tenía dolor, los lentes me causaban más dolor, cuando vine me dijeron que tenía catarata en los dos ojos y me van a operar. Ellos han sido muy amables».

Ada Peña, paciente del buque Comfort

Según Ada Peña, en Colombia es muy difícil operarse. Es muy costoso, hay muchos trámites y tarda mucho tiempo. «Esta era mi oportunidad, ¿cuándo más lo iba a lograr?».

Un venezolano en la Armada estadounidense

Félix Piro es un joven caraqueño que sirve en la Armada estadounidense. Hace 20 años sus padres decidieron mudarse a California, justo cuando Hugo Chávez ganó la presidencia.

Suboficial Félix Piro

Hoy es un suboficial de primera clase que difunde entre sus amistades y compañeros de trabajo la situación que padecen los venezolanos, que no pueden comprar comida ni medicinas. «Cuando se enteran no pueden creer que un país tan cerca de Estados Unidos viva en unas condiciones tan dramáticas».

Desde el USNS Comfort también pone su grano de arena. Además de servir de intérprete al jefe de la unidad médica del buque, está atento a los requerimientos para la atención a los pacientes.

Esta es su primera misión humanitaria. Antes le costaba creer que millones de venezolanos estuvieran saliendo del país. Hoy, en su primera participación en la jornada a bordo del Comfort, ha tenido la oportunidad de conversar con muchos de esos venezolanos, quienes le dicen que están buscando trabajo, que quieren salir adelante.

¿Es fácil para un latino estar en las fuerzas armadas norteamericanas?

Si, tenemos las mismas oportunidades que le dan a todo el mundo, no hacen diferencias.

Un trabajo por la comunidad

Ernesto Ackerman tiene 18 años trabajando por la comunidad venezolana en Estados Unidos, a donde emigró hace 35 años por cuestiones de trabajo. El es presidente de la organización Independence Venezuelan American Citizen. Hoy es el contacto con el Departamento de Estado y el comando Sur para buscar ayuda a sus compatriotas. El fruto de sus esfuerzos se concretó en noviembre de 2018 con la visita del Comfort a Río Hacha y en agosto de 2019 a Santa Marta.

El aspira que la gente siga ayudando a los venezolanos. Le duele verlos entrar con cara de desesperanza al buque, pero le alegra verlos salir con una sonrisa. El quiere ver el retorno del venezolano dicharachero.

En desastres naturales y en conflagraciones

En el USNS Comfort brindan ayuda humanitaria en desastres naturales como el huracán Katrina en el año 2005, el terremoto de Haití en 2010 y el Huracán María que afectó a Puerto Rico en 2017. También se atendió a afectados por atentados como el del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, realizó operaciones hospitalarias en el golfo Pérsico entre 1990 y 1991 durante la operación Tormenta del Desierto y en 2003 durante la guerra de Irak. En 1994 funcionó como centro de procesamiento para migrantes haitianos.

300 personas atendidas en el colegio Inem 

El teniente comandante de la Armada de los estados unidos y oficial a cargo del sitio médico II, Derek Austin detalló que en el centro fueron atendidas este martes unas 300 personas en las áreas de pediatría, optometría, odontología, traumatología. En los campamentos  cuentan con el respaldo de las Fuerzas Armadas y de enfermeros colombianos.

La agrupación de música del buque Comfort alegró a los presentes que esperaban ser atendidos por el personal de salud.

El buque hospital partirá el domingo de Santa Marta. El periplo incluye atención de salud en países como Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Granada, Haití, Jamaica, Santa Lucía, Trinidad y Tobago y San Cristóbal y Nieves. Al final del recorrido, según el capitán Cather, aspiran haber atendido a unas 26 mil personas.

Para María Simons nada ha sido fácil. Sus hijos están en Medellín y en Santa Marta. Extraña los días en los que vendiendo sábanas y ropa levantó a sus hijos y sus hermanas. Ahora quiere seguir su rutina, trabajando en una casa de familia, pero con su pierna recuperada gracias a la operación Promesa Duradera que se desarrolla desde el USNS Confort.




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