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Si usted no escuchó un traquitraqui, un cohete o ni siquiera una cebollita en Navidad, tal como se acostumbraba en temporadas anteriores, es porque los precios de los juegos pirotécnicos están tan altos, que mucha gente decidió no comprarlos. En tiempos de crisis es preferible invertir el dinero en comida.

La utilización de fuegos artificiales en temporada decembrina, era muy común en Venezuela hasta el año pasado. Esta vez muy pocos revendedores se atrevieron a comprarlos para sacarles provecho en sus comunidades, porque están conscientes que la gente prefiere asegurar sus alimentos, que comprar este tipo de distracciones.

Antes en cualquier esquina de barriadas o urbanizaciones y en calles ya avenidas, había una venta juegos pirotécnicos. La comercialización era tan activa, que el gobierno tuvo que emitir un decreto para regular su venta. El decreto incluye permisologías que tienen que emitir la Dirección de Armas y Explosivos del Ministerio de la Defensa y las distintas alcaldías.

Ahora es tan poca la venta, que de seguro el personal de las citadas dependencias gubernamentales se siente de vacaciones. Y es que ni siquiera las tradicionales estrellitas o luces de bengala para los niños, se consiguen en ninguna parte.

Si no se escucharon las detonaciones en Navidad, tampoco las habrá para fin de año, porque la situación económica sigue siendo la misma.

La ausencia de los triquitraquis, tumba ranchos y mata suegras en el mercado en estos días, es celebrada por los dueños de animales, pero no por quienes les sacaban provecho económico. Este tipo de artefactos explosivos, está prohibido para los niños desde hace bastante tiempo.

Los fuegos artificiales se consiguen en los establecimientos del ramo, pero al mayor. Una docena de cohetes por ejemplo, cuesta 200 mil bolívares. Los revendedores llegan a vender cada uno hasta en 25 mil bolívares.

Los mayoristas venden las tortas misileras de 300 tiros en 330 mil bolívares y los de 400 tiros, en 550 mil. Si usted desea llevar el inofensivo tubo de confites, el que lanza papelillos, debe desembolsar 110 mil bolívares, nada económico por alegrarse un rato.

Las cajas de 30 mariposas de colores están en 70 mil bolívares. Las de trompos de seis unidades cuestan 40 mil bolívares y los volcanes de colores salen en 330 mil bolívares.

 




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