En la Venezuela degradada de hoy, millones de ciudadanos sufren, esperan, y desesperan; ya conocen la desesperanza. Saben de cuentos siempre  contados y nunca acabados. Cuentos sobre dividendos políticos, económicos y sociales, y beneficiosos inagotables. En la Venezuela degradada, una minoría aparenta bienestar. Apoyan las diferencias cambiarias, la centralización absoluta, la inflación galopante, condiciones sobre las que radican las bases de sus fortunas.

Aunque saben que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, cuentan con tecnología que les permite mirar sin ver. Venezuela es un laboratorio de pruebas, de improvisación y esperadas desgracias, que administra una minoría prejuiciosa y cínica, en plena consciencia del grotesco deterioro entronizado. El protagonismo endiosado, la parlachinería gritona, el narcisismo y el populismo, se apoderan de la opinión pública venezolana.

Es un proceso engañoso, a veces extravagante y morboso, conducido por arribistas que buscan ubicación. Hablan de “empoderar” la opinión pública, para promover el bienestar del pueblo. Hablan de demócratas, de independientes (¿?), según las conveniencias en juego. Los eventos políticos, sociales y económicos de Venezuela están hoy sujetos a la fuerza distorsionante de la pos verdad, del lado malvado de los “mass media”, y de los smartphone: Tres gigantescos poderes de la comunicación y cibernética.

Ensayar y errar fue el método originario del pensar inteligente, en la historia de la economía y los negocios. ¡No despreciemos ese método, que, aun sencillo, no deja de ser confiable! En política, ensayar y errar es una aventura intensa, es pasado, presente y futuro. Es persistir en el encausamiento democrático de las fuerzas creadoras del poder ciudadano. Todo emprender político es temporal y limitado, y tendrá siempre la edad que queramos que tenga. … En política los proyectos y avances no nos muestran la edad evidente, sólo muestran la edad que presumamos.

¡En política, la necesidad nos lleva a evidenciar o a presumir! ¡No podemos esconder, sin análisis, ese hecho tan relevante! … Mucho se ha presumido, y se presume, en la política venezolana de todos los tiempos. ¡En política, no tratemos de “cobrar” antes de “invertir”, y mucho menos, pedir adelantos! Es un paso equivocado, generador de graves distorsiones analíticas. Política no es mafia, aunque algunos políticos sean mafiosos. Ensayar y errar sigue vigente como eficiencia metodológica; comencemos a operar el método con inteligencia. Nos ayudará a entender lo incomprensible del momento que vive Venezuela…

 




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