Venezuela no cuenta con métodos diagnósticos ni tratamiento para la viruela del mono

viruela del mono
(Foto Referencial)

Una vez más, el sistema de salud de Venezuela se pone a prueba. Ante la eventual llegada del viruela del mono, no existe método diagnóstico, por lo que es muy fácil de ser confundido con la varicela, por las características similares de las lesiones en piel que producen ambas afecciones.

Esto representaría un problema adicional porque es mucho más difícil saber si una persona está o no contagiada con esta enfermedad, según informó el presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), Manuel Figuera, durante su participación en El Carabobeño En Vivo de este martes 24 de mayo.

“En Venezuela no tenemos para diagnosticar tuberculosis ni problemas habituales, menos contamos para detectar la viruela serológicamente, es decir, con examen de sangre, tampoco a través de biología molecular”.

El especialista hizo un llamado tajante a las autoridades nacionales para que activen estos laboratorios que permitan hacer las pruebas diagnósticas, y así estar ante la posibilidad de que al país lleguen casos sospechosos, y poder discriminar si se trata de varicela o de viruela del mono.

Respecto a los antivirales para tratar esta patología, el infectólogo Santiago Bacci, también como invitado a debatir sobre el tema en El Carabobeño En Vivo, explicó que estas medicinas están aún en estudio, fueron probadas en animales y existe un stock limitado que tienen algunos países desarrollados.

Lo mismo ocurre con la vacuna que se aprobó hace dos años para la viruela normal y que es producida por una compañía danesa. “Estados Unidos tenía solo mil dosis”.

Baja transmisibilidad

Pese a todo este panorama nada alentador. Ambos especialistas aseguraron que no hay motivos para encender las alarmas en Venezuela, aunque hay probabilidad de que esta viruela llegue tomando en cuenta que ya hay casos sospechosos en países vecinos como Argentina y Colombia.

Alguien con la enfermedad puede contagiar a 0,8 personas, lo que es una tasa muy baja comparada con la variante ómicron de la COVID-19, que se estima que son 10 los pacientes que pueden verse afectados por una persona que tenga el virus.

A esto se suma que la letalidad también es mínima. “Hay dos variantes, una de África Occidental con una tasa de mortalidad del 1 %, y otra de África Central con una letalidad del 10 %. Pero la que está circulando es la occidental y, desde el punto de vista genético, se sabe que es semejante a un virus identificado en Nigeria en 2019 que ha sido contralado”, señaló Figuera.

Otro dato importante a destacar es que para contagiarse de la viruela del mono hay que tener contacto por arañazo o mordedura con un animal enfermo, o estar muy cerca de una persona infectada, porque el virus pasa a través de la saliva y de las lesiones cutáneas.

Bacci indicó que también se diferencia de la COVID-19 en que en su fase asintomática no es contagiosa, sino cuando ya la erupción en piel es visible, por lo que la recomendación es el asilamiento al presentar las manchas que después se llenan de líquido, en proceso muy parecido al de la lechina.

Ambos infectólogos coincidieron que un hallazgo que puede diferenciar la viruela del mono de la varicela es que, en el caso de la primera, además de fiebre, dolor de cabeza y muscular, y cansancio, se presenta inflamación de los ganglios.

El periodo de incubación de esta enfermedad se da desde el contagio hasta que aparecen los primeros síntomas, y suele ser de 7 a 21 días, después comienza la fase clínica de malestar general y, a la semana, las lesiones en la piel.

Aún no se puede afirmar o descartar que la viruela del mono tenga relación con la COVID-19, así como en el caso de la hepatitis infantil, y es totalmente falso que se trate de una enfermedad exclusiva de homosexuales, como se ha querido estigmatizar.

Datos curiosos de la viruela del mono

La viruela fue la primera pandemia en América en el siglo XVI y llegó con los españoles. “Los indígenas no tenían inmunidad, pero los españoles sí y ellos podían sobrevivir. Se estima que alrededor del 30 % al 50 % de la población indígena de América no murió por las armas ni por las heridas que le hacían los españoles, si no por la viruela que fue de ayuda para españoles para ganar batallas de la conquista”, relató Bacci.

Respecto a la viruela del mono, como es conocida, tampoco es una enfermedad nueva. Se identificó por primera vez en 1958 en unos primates, pero no es exclusiva de los monos también puede afectar roedores y a otros animales.

El presidente de la SVI dijo que el primer caso presentado en humanos fue en 1970 en un niño de nueve años, en lo que hoy es la República Independiente del Congo, y se mantuvo endémica con algunos pocos diagnósticos en esas zonas de África, por contagios accidentales al tener contactos con animales, e incluso su consumo.

En 2003 hubo un brote epidémico en Estados Unidos y se vieron afectados más de 70 personas por contacto inicial con pequeños perros de la pradera contagiados en África y ahí se detectó la infección de humano a humano, que hace esta enfermedad mucho más relevante.

La vacuna de la viruela fue el gran logro de salud pública de la historia de la medicina y es la primera y única enfermedad que se erradicó de esa manera. “Cuando ya no hubo casos se paró su producción y solo se mantuvo para cubrir esa pequeña posibilidad de que el virus de alguna forma lo utilizaran como arma biológica y los grandes países tienen vacunas en poca cantidad, solo para el anillo que rodea el enfermo, como a los médicos”, resaltó Bacci.

COVID-19 sigue presente

Aunque sean obvias las medidas de relajación frente a la COVID-19, los especialistas advirtieron en El Carabobeño En Vivo que la pandemia no se ha terminado y que es probable que se presente una nueva ola.

“Entendemos que exista la llamada fatiga de la pandemia, que la gente no quiera usar el tapabocas, olvidarse del distanciamiento y tener vida social activa, y no queremos ser aguafiestas pero los casos de coronavirus en el mundo están aumentando… Los mayores de 60 años tienen riesgo de enfermarse, fallecer, o sufrir de COVID prolongado”, aseguró Bacci.

El mayor problema actualmente lo representan los no vacunados. Figuera dijo que son más de 100 mil casos diarios y 300 muertes las que se registran en Estados Unidos, que son números muy por debajo del millón de contagios y cuatro mil fallecidos por día, pero lo más resaltante es que la cifra vuelva a estar en aumento y que “quienes se están hospitalizando en terapia intensiva y fallecen son los no vacunados”.

Insistió en que las vacunas salvan vidas, mientras que la COVID-19 daña el corazón, los pulmones, el cerebro y mata.

Las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que apenas 50 % de la población venezolana tiene dos dosis, y Médicos por la Verdad estima que entre 5 % y 6 % tiene tres dosis.

“Falta mucha gente por vacunar y el gobierno tiene que implementar las medidas necesarias para que las personas que están en zonas más desfavorecidas, en lugares alejados de la parte céntrica de las ciudades, puedan acceder al programa de inmunización”.

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