Sara Pacheco
El Ministro de Educación Superior, Jorge Arreaza, anunció este martes que los cursos de verano no podrán ser cobrados por las universidades públicas. Si en alguna se generó el cobro, debía ser reintegrado. Aseguró que el Gobierno garantizaría los recursos. A partir del primero de agosto se deben inscribir docentes, alumnos y materias para mandar el dinero, fueron sus declaraciones. Sin embargo no generó mucha confianza en las casas de estudios que saben de antemano cómo funciona la asignación de recursos por parte del Estado.
Hace tres años, Gabriela Rojas se inscribió en verano para adelantar algunas asignaturas. En la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo (UC) les permiten inscribir dos. Una es subsidiada por el Estado la otra es pagada por el estudiante. Los costos para la época, eran bastante accesibles viéndolo desde el pupitre, pero al cambiar el escenario 360 grados, desde la perspectiva del profesor, se convierte en un ingreso extra para los docentes ante los bajos salarios.
La cantidad no es sinónimo ostento, mucho menos estabilidad pero significa un respiro, así lo observó Ulises Rojas, vicerrector académico de la UC. “El profesor en su periodo de vacaciones da dos materias máximo, con el compromiso, de los estudiantes, de pagar esa materia extra”. El dinero prometido por el Estado siempre llega tarde, “eso significa que desde allí viene fallando el pago. Las van a pagar cuando quieran”, resaltó.
El temor que representa en la fluctuación actual de precios en todos los bienes, productos y servicios del país, es que no se aprovechará por la demora recurrente en cancelar este aspecto.