Arranca la busqueda de los finalistas /Foto: Prensa LVBP

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Parece que la Liga Venezolana de Beisbol Profesional se ha partido a la mitad. Cuatro equipos están fuera de carrera, con la mesa de planificaciones lista para comenzar a estructurar la próxima temporada. Los privilegiados, cuatro también, siguen con el anhelo de colocarse la corona de campeón y viajar a Culiacán, en febrero, para disputar la Serie del Caribe.

Cardenales de Lara, Caribes de Anzoátegui, Águilas del Zulia y Tiburones de La Guaira se ganaron el derecho de estar entre los mejores conjuntos de la campaña. Pero eso es solo un título sin importancia. Ahora comienza la búsqueda de la instancia decisiva para mantener vivas las aspiraciones y no tener que ver, al menos no todavía, la pizarra de ideas para el campeonato 2017-2018.

Las semifinales se constituyen en dos series al mejor de siete encuentros. Una de las llaves será Cardenales vs. Tiburones y la otra Caribes vs. Águilas. Ambas comienzan esta noche 7:00 pm, en Barquisimeto y Puerto La Cruz, respectivamente.

SERIE 1: LARA vs. LA GUAIRA

A pesar de su ya conocido favoritismo en la primera fase de los playoffs, los crepusculares se toparon con la dureza de Bravos de Margarita. La paridad entre ambas novenas se resolvió en el octavo inning del séptimo juego ¿Hay una muestra mayor para decir que esa serie fue reñida? Es difícil encontrar otra. Para seguir el patrón que tuvieron durante la ronda regular, los pájaros rojos tuvieron un buen pitcheo contra los insulares (2.75).

“Al final creo que nuestro bullpen fue más profundo y esa fue una de las claves”, dijo Richard Gómez, director de operaciones de beisbol de los alados. “Tuvimos un bajón ofensivo, pero el pitcheo de nuevo estuvo allí”.

A diferencia de la eliminatoria, a los maderos larenses les costó colocar hombres en bases. Tuvieron un average colectivo de .254 y un promedio de embasado de .346.

Después del Draft de Sustituciones, el equipo hizo más fuerte su rotación, que siempre ha sido su punta de lanza. Tomó a Omar Bencomo Jr. que solo permitió dos carreras limpias en 13.0 innings con Bravos. Es un brazo que se une a Raúl Rivero, Jorge Martínez y Néstor Molina, tres de los mejores cuatro lanzadores del campeonato.

Bencomo Jr. entra al equipo en sustitución de Juan Carlos Gutiérrez, quien nunca se pudo uniformar debido a trámites con la Green Card en Estados Unidos. Mientras que el zurdo Logan Darnell remplaza al también siniestro Robert Carson, en un intento de Cardenales de tener a un relevista que también pueda ir largo en caso de contingencia.

La historia de Tiburones no fue tan buena como la de los crepusculares. Luego de vencer en los dos primeros juegos a Caribes, el pitcheo de los escualos se perdió en los siguientes cuatro careos. El descontrol y el obvio poder de la alineación indígena desembocaron en feroces palizas. De hecho, los salados permitieron 59 carreras limpias en los 62.0 innings que jugaron en la primera fase. El atroz desempeño monticular solapó el oportunismo mostrado por la ofensiva que con hombres en posición anotadora ligó .342 de promedio y pisó el plato 29 veces, la segunda cantidad más alta de la etapa.

En el draft Tiburones se enfocó en tomar lanzadores que puedan detener a la ofensiva larense, que si bien está dormida tiene los elementos para hacer el mismo daño que Caribes. El zurdo Raudel Lazo, uno de los mejores relevistas de la temporada, sustituye a Juan Sosa, y el abridor Luke Irvine, que dejó buen sabor de boca con Leones y Tigres, ingresa por el jardinero e inicialista Christian Marrero.

SERIE 2: ANZOÁTEGUI vs. ZULIA

Si hay que señalar a un equipo que remontó y alcanzó un estado anímico importante ese debe ser Caribes. Luego de perder los dos primeros careos en casa, con Tiburones, fue un vendaval en los siguientes cuatro para clasificar con holgura a las semifinales. No hay ningún secreto en el estilo de juego de la tribu. El poder ofensivo se ha convertido en el núcleo de las victorias del elenco, tanto en la ronda regular (.303 con hombres en posición anotadora) como en los playoffs (.380).

Denis Phipps, Luis Jiménez y Mario Lissón son la fuerza que existe en la parte medular de la alineación. Además del despertar de Oswaldo Arcia (.333) y la habilidad de Niuman Romero para estar en circulación (.413 de OBP en la eliminatoria y .500 en enero).

El talón de Aquiles podría ser el staff de lanzadores y por eso la directiva se ocupó de reforzarlo con la llegada de Yohan Pino y Wilfredo Ledezma. También inscribieron en el roster al dominicano Ángel Ventura por Jhoulys Chacín, quien fue mandado a parar por los Padres de San Diego.

No hubo un equipo que dominara tanto a su rival en la primera fase como lo hizo Águilas. Barrer a Tigres fue una demostración contundente de supremacía y recordó a la novena que dominó a placer la temporada en la primera mitad de la eliminatoria.

Los rapaces lo hicieron todo bien. Pudieron lanzar, pues su efectividad colectiva en la postemporada es de 2.75. Lograron batear al ligar promedio global de .309. Su falta de poder, con solo dos jonrones y un letargo que sufre el colombiano Reynaldo Rodríguez, fue equilibrado con velocidad en las bases. Los aguiluchos trataron de robar almohadillas en ocho ocasiones y llegaron a salvo en seis.

Su necesidad de un abridor zurdo fue solventada en el draft con la adquisición del cubano Misael Sivero y el jardinero Endy Chávez curó la falencia de un patrullero central y primer bate.

 




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