En el 2006, Radio Caracas Televisión transmitió una excelente novela que llevaba por título Te tengo en salsa, una producción original de Ana Teresa Sosa y Neida Padilla, que se estrenó oficialmente el 22 de noviembre de ese año y que finalizó el 1 de mayo de 2007, justo 26 días antes de que el comandante intergaláctico y principal responsable del gran desastre que vive Venezuela cancelara la señal abierta de ese canal.

La expresión popular Te tengo en Salsa, que dio vida a aquél culebrón, es muy utilizada en cada rincón de Venezuela, y la misma traduce, en el argot cotidiano, dos diferentes tipos de significado: por un lado, las ganas, las ansias y el deseo que una persona tiene por otra; por el otro lado se entiende como una amenaza, una advertencia, una intimidación, una forma muy sutil de meterle miedo a un tercero.

En Venezuela todos sabemos que Salsa no es solamente el término comercial usado desde fines de los años 60 para definir un género musical, resultado de la mezcla del son cubano y otros géneros de música caribeña. Los nacidos en esta tierra estamos perfectamente claros de que Salsa no es nada más esa mezcla líquida de ingredientes fríos o calientes que tiene por objeto acompañar a un plato en nuestra mesa.

Es por esa razón que no se puede mal interpretar la decisión de Nicolás Maduro Moros, de crear un nuevo programa de radio llamado pomposamente La Hora de la Salsa. Ese espacio radial, no tiene nada que ver con que a Maduro le guste bailar. Tampoco creo que tenga relación con el hecho de que Nicolás quiera  competir o emular lo realizado por César Miguel Rondón en 1979, cuando escribió El Libro de la Salsa, Crónica de la música del Caribe urbano. Un ignorante como Maduro, probablemente ni siquiera sabe que “la Salsa es hija, efectivamente, del son y de la charanga, con nuevos arreglos pero que pasaban, básicamente, por un son, donde canta solo el solista, y un montuno, donde alterna con los coros”.

Maduro, estrenó el 1 de noviembre el programa “La hora de la Salsa” transmitido por Radio Miraflores y lo hizo, con toda seguridad, con un objetivo político. El programa, de dos horas de duración, no estará enfocado en la historia de la salsa, tampoco hará énfasis en la música, mucho menos en la cultura. Ese espacio, como bien lo dijo el exchofer del Metro de Caracas, dedicará la mayor parte de sus 120 minutos a hablar de política nacional e internacional. Pero más que eso: será un programa para atacar, hostigar, atemorizar y amenazar. Maduro pretende tener en Salsa a los venezolanos.

El programa de Maduro, transmitido por Radio Miraflores 95.9 FM, tiene dos objetivos concretos: 1) La distracción: Nicolás quiere que la gente lo vea como un Presidente despreocupado, cero problemas, a quien le tienen sin cuidado las manifestaciones, el juicio político de la AN y hasta la sentencia que le que acaban de dictar a sus sobrinos en un Tribunal de Nueva York. 2) La intimidación: El Presidente usará su espacio para atacar a sus adversarios, amenazarlos con enviarlos a la cárcel, insultarlos, recordarles de vez en cuando a sus progenitoras, insinuando que no los ha tocado por ahora, pero que los tiene en salsa.

La hora de la salsa se emitirá de lunes a viernes entre 12 y 2 de la tarde. «Yo estaré aquí itinerante, desde Arabia Saudí, Moscú, Beijing o La Habana», dijo Maduro. Quien presume ser todo un bailarín de salsa casino a pesar de que en Cúcuta, su tierra natal, la música que más suena es el vallenato. Basta verlo bailar con la primera dama para darse cuenta que el tipo tiene dos piernas izquierdas.

Como buen imitador de Chávez, Maduro cree que la Presidencia de la República se ejerce desde un micrófono. Nicolás habla En Contacto con Maduro, los martes en la noche. Ahora también hace La Hora de La Salsa de lunes a viernes a las 2 de la tarde. La ONG Monitoreo Ciudadano informó que en lo que va del 2016, Maduro ha permanecido casi 600 horas en cadena nacional de radio y televisión.

Lo que Maduro quiere ocultar con sus constantes y permanentes apariciones en radio y televisión, es que quien verdaderamente está en Salsa es su revolución de pacotilla y su pésimo y desastroso gobierno. La empresa Datanálisis acaba de publicar una encuesta según la cual, la popularidad de Nicolás se encuentra en 19,5%. Eso quiere decir, simple y llanamente, que 8 de cada 10 venezolanos quieren que se termine la actual administración.

La revolución fundada por Chávez y heredada por Maduro está en salsa. Un tribunal de Nueva York acaba de sentenciar a dos sobrinos de la pareja presidencial venezolana a quienes acusó de traficar “cocaína de la buena” desde Venezuela hacia Estados Unidos. La sentencia no será publicada hasta el 7 de marzo de 2017 y ello es así por una sola razón: el juez y la fiscalía esperan que los dos muchachos detenidos hace poco más de un año en Haití, puedan ofrecer nombres, teléfonos, direcciones, correos electrónicos y pistas que conduzcan hacia los verdaderos jefes del negocio. Si colaboran, como todo parece indicar, la sentencia podría ser de entre 10 y 20 años. Si se niegan a colaborar, entonces la cosa se pondrá muy fea.

En la lista de personas mencionadas durante el juicio de los sobrinos más famosos de Venezuela se encuentra, nada más y nada menos que la esposa de Nicolás Maduro. La lista, publicada en un reportaje de la colega periodista Maibort Petit, tiene 14 nombres  (Roberto de Jesús Soto García, Cilia Flores (Primera Dama de Venezuela), Pablo Rafael Urbano Pérez, Pedro Miguel Rodríguez González, Marco Tulio Uzcátegui Contreras, Jesfran Josnel Moreno Sojo, César Orlando Daza Cardona ,Rubén Paredes C, Rubén Lugo, Mohhamed Abulzazza, Mohamad Khalil, Abdul Razzak Yanez, Chicho, Gordo, El Flaco y Pepero)

Hay razones de sobra para que la Fiscalía de Nueva York abra una averiguación contra la Primera Combatiente. Las autoridades de EEUU investigan a Bladimir Flores, Hermano de Cilia Flores, quien fue Inspector General de la Policía Científica en Venezuela y quién según los testigos, promovió el encuentro en Honduras de sus sobrinos con ‘El Sentado’, un agente infiltrado de la DEA.

Uno de los sobrinos de Cilia Flores dijo a un agente de la DEA que los 20 millones de dólares que ganaría traficando drogas eran para pagar la campaña política de su madre, con lo cual su familia mantendría el poder político en Venezuela. También planteó la posibilidad de ampliar la operación a Canadá, ya que ellos tenían “un primo allá que es cónsul” y que con él podían hacer negocios. Nadie ha dicho todavía quién es ese primo y cómo se llama, pero no sería raro que ese primo en Canadá también sea sobrino de la primera dama.

En resumen, en Venezuela el que está en Salsa con todo y su revolución es Maduro. A pesar de sus oscuros manejos y sus maniobras judiciales a través de sentencias amañadas del TSJ, el ex chofer del Metro de Caracas sabe que la acusación por narcotráfico contra él y su esposa está a la vuelta de la esquina. Los celulares, laptops y tabletas decomisados a los primos Flores tienen mucha más información de la que salió a la luz pública en la sala de juicio de Nueva York.

Hay información confidencial que no fue puesta en manos del juez ni del jurado porque no servía para acusar a los sobrinos. Los celulares, laptops y tabletas de los primos Flores han de tener tanta información valiosa como la que había en las computadoras de Raúl Reyes, el defenestrado jefe de las FARC asesinado en una operación comando en las montañas de Ecuador.

Otro elemento importante que hace pensar que Maduro está en Salsa, tiene que ver con el cambio de gobierno (y de política) que se viene en Estados Unidos a partir del 20 de enero de 2017. Maduro ya no se entenderá más con Thomas Shannon. El enviado de Obama hizo su último viaje a Venezuela hace 2 semanas. Los que vengan de ahora en adelante -si es que vienen- serán funcionarios de la línea dura. De acuerdo con periodistas de EEUU, el nuevo Secretario de Estado de Donald Trump está entre Mitt Romney y Rudolph Giuliani. Mike Pompeo será el nuevo Director de la CIA y Mike Flynn será el nuevo asesor de seguridad. Puros halcones acostumbrados a las guerras y al conflicto.

Así las cosas, el programa radial de Maduro no debería llamarse La Hora de la Salsa. Pienso que ese espacio debería llamarse Revolución en Salsa o Los Maduro-Flores en Salsa. Nicolás cree que tiene a toda Venezuela en Salsa, pero lo que no sabe, es que a quien tienen en Salsa es a él. Por cierto: alguien debe decirle a Nicolás que los gringos que asumirán el gobierno dentro de dos meses, liderados por Trump, no son muy buenos bailando Salsa.

 




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