Las mujeres, madres venezolanas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) enfrentan 3 opciones críticas ante la escasez de alimentos que ha desatado la hambruna en Venezuela: amamantan a sus bebés —transmitiéndoles el virus—, alimentarlos con fórmulas o dejarlos morir de hambre.
Quizás la última opción es la mas viable, ya que alimentarlos con leche de fórmula está cada vez más lejos de adquirila por padres venezolanos.
Para María Pérez, seropositiva y madre de un niño de 11 meses, comparó la búsqueda de este producto para su bebé con una “agonía”.
Este alimento —así como la mayoría de los productos básicos— ha desaparecido prácticamente de los anaqueles de los supermercados venezolanos y cuando se consigue, sólo se puede comprar dos envases por personas y a un elevado costo. “Nosotros hemos pagado 20,000 bolívares por dos potes que nos duran un mes”, contó la mujer, cuyo verdadero nombre ha sido reservado por petición.
90.000 mujeres con el VIH
El salario mínimo mensual del venezolano es de 40,638 bolívares, vale decir, dos potes de leche para bebés.
Ante esta aguda crisis, la organización venezolana StopVIH ha iniciado una campaña online internacional para recaudar fondos para comprar leche de fórmula en el exterior y distribuirla en Venezuela.
Para las madres infectadas “Es muy duro y muy doloroso”, dijo una de ellas, María Pérez quien se confesó con el Nuevo Herald.
La mujer contó que para alimentar a su pequeño ha tenido que recurrir a darle jugos y comida sólida desde que tenía 4 meses. Eso sí, no voy amamantarlo.
“Esa no es una opción, solo le pido a Dios que nos proteja”.
En Venezuela no hay cifras oficiales exactas sobre cuántas mujeres con VIH son madres o cuántos niños se habrían infectado por consumir la leche materna. Sin embargo, las más recientes estadísticas del Ministerio de Salud de Venezuela publicadas en el 2015 indican que hay 90,000 mujeres mayores de 15 años infectadas con VIH y al menos 2,300 menores de 14 años con el virus.