Aunque actualmente la Semana Santa se vive de diferentes maneras, ¿conoce el origen de esta celebración? La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por eso, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas.
Se inicia el Domingo de Ramos y finaliza con la celebración del Domingo de Resurrección. La fecha de la celebración es variable (entre marzo y abril según el año) ya que depende del calendario lunar. La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza al comenzar la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo, y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.
Este 2018, la Semana Santa comienza hoy 25 de marzo con el Domingo de Ramos y terminará con el Domingo de Resurrección el 1° de abril.
Hoy, tendrá lugar el Domingo de Ramos y es conmemorado en todo el mundo de distintas maneras. Millones de católicos del mundo acudirán a iglesias con el fin de bendecir sus ramos. La celebración del Domingo de Ramos se basa en los pasajes de cuatro evangelios (Mateo 21:1-11, Marcos 11:1-11, Lucas 19:28-40 y Juan 12:12-19) que tratan sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén luego de pasar 40 días en el desierto.
Cristo entró a la ciudad montado en un burro, pese a que sabía el sufrimiento que le esperaba (se dice que es lo que quiso expresar con: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré” Juan 2:19; es decir: sabía lo que le venía). En otro pasaje del evangelio de San Juan se narra que cuando Jesús regresó a Jerusalén, grandes multitudes “tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle y clamaban: ¡Hosanna, Bendito el que viene en el nombre del Señor y Rey de Israel!”.
Para conmemorar el Domingo de Ramos, los fieles católicos participan en procesiones con sus ramos. En este día se celebra una misa especial durante la cual se lee el evangelio que corresponde a los capítulos de la Pasión de Cristo y que rememoran las vivencias de Jesús desde la Última Cena hasta su crucifixión y posterior resurrección. En la ceremonia religiosa se realiza la bendición de los ramos tradicionalmente creados con palma de cera. Sin embargo, en los últimos años en el país se ha pedido reducir el consumo de esta planta por el alto impacto ecológico que representa.
A nivel mundial, los rituales que se realizan por el Domingo de Ramos son muy similares. Los fieles caminan con sus palmas en una tradición que, según National Geographic, data de siglo IV y entonan cantos. Sin embargo, hay países en los que las tradiciones tienen sus propios toques. En el Vaticano, se acostumbra que la misa del Domingo de Ramos sea conducida por el Papa, el Sumo Pontífice realiza la bendición de los ramos, la procesión y la Santa Misa en la Plaza de San Pedro.
A nivel mundial, lo más variante respecto al Domingo de Ramos es el tipo de ramo que se arma, pues la planta utilizada puede depender del país, aunque lo tradicional es el uso de la palma. Ésta se da en climas tropicales por lo que países ubicados en otras latitudes se adaptan y utilizan en su lugar ramas de sauce, una de las primeras plantas que florece en primavera.
Es una época de reflexión y rescate de valores. Independientemente de las creencias religiosas, la Semana Santa tiene una connotación espiritual que invita a la reflexión, al rescate de valores como la solidaridad, la comprensión, la empatía, el respeto, la caridad y el amor.
Probablemente, muchos decidan salir de paseo con sus familias o amigos a la playa o la montaña, o a otro sitio e incluso fuera del país, lo cual es un espacio justo y necesario, para descansar y repotenciar las energías para continuar con brío el resto del año. Pero, además, este lapso debe ser considerado como un tiempo de reflexión e interiorización sobre las acciones personales.
¿Qué están haciendo para ser mejores personas? ¿Qué están haciendo como ciudadanos para mejorar el país? Más allá de la tradición religiosa, existen muchos valores que se deben rescatar de estas celebraciones y que sin duda ayudarán a construir una mejor sociedad.
El hombre no se mortifica [durante la cuaresma] por una enfermiza pasión de sufrir. Dios no nos ha hecho para el sufrimiento. Si hay ayunos, si hay penitencias, si hay oración, es porque se tiene una meta muy positiva, que el hombre la alcanza con su vencimiento: la Pascua, o sea, la Resurrección, para que no sólo se celebre a un Cristo que resucita distinto de las personas, sino que durante la cuaresma nos hemos capacitado para resucitar con él a una vida nueva, a ser esos seres humanos nuevos que precisamente hoy necesita la humanidad.
No se deben pregonar sólo cambios de estructuras, porque de nada sirven las estructuras nuevas cuando no hay hombres y mujeres nuevos que manejen y vivan esas estructuras que urgen en el país.
Ha terminado la Cuaresma, un tiempo especial, tiempo de gracia, que la iglesia ofrece para revisar la vida de cada quien, la relación humana con Dios. Pues bien, si así ama Dios a sus siervos, ¿cómo son éstos capaces de amarle a Él?
En esta Semana Santa que comienza hoy, se ha de cuidar e intensificar la fe, para no caer en la tibieza de la esperanza. Creer por encima de todo es garantía para que esa esperanza se mantenga en alza.
El mensaje del Papa para esta Semana Santa da pistas para acabar con los “profetas estafadores”, evitar que el amor “se enfríe”, además de revitalizar la llamada eclesial a la oración, la limosna como estilo de vida y el ayuno que despierta. Apostilla con un recordatorio final: “Dios es el único que sacia nuestra hambre”.
