Los militares simularon dejar pasar a la gente y aprovechándose de la algarabía de poder continuar hacia la puerta principal de la 41 Brigada Blindada, con mala intención, alevosía y ventaja dispararon". (Twitter)

Henrry Henríquez Machado, hoy fue víctima junto a decenas de carabobeños de un acto que calificó de mala intención, alevosía y ventaja, cuando personal castrense del la 41 Brigada Blindada del Fuerte Paramacay en Valencia, disparó, lanzó gas pimienta y algún otro tipo de gas, que deduce por los efectos, en quiénes allí se encontraban este sábado 23 de febrero en horas de la mañana.

El objetivo era, como lo pautó la Asamblea Nacional y el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, ser parte de la ruta que hoy representaba una Avalancha Humanitaria para pedirle a los cuerpos militares ponerse del lado de la Constitución y del pueblo, y apoyar la entrada de la ayuda humanitaria por las fronteras de Cúcuta, Brasil y los puertos de La Guaira y Puerto Cabello, procedentes de las islas ABC.

Lo que les pasó, hizo que Henríquez Machado escribiera lo que sintió junto a personas de todas las edades, que como él, salieron llenos de esperanza en este día.

«Sabíamos que no iba a ser fácil, y no lo fue. Estamos conscientes de que como ciudadanos es nuestra responsabilidad histórica llenar las calles del grito indomable de quienes exigen lo que por derecho y dignidad nos corresponde, libertad», relata.

A continuación el escrito textual que compartió con su grupo de las redes sociales:

Otro 23 y los que hagan falta

La redoma de Guaparo franqueada por sendos murales cromáticos de Cruz Diez nos recibió llena de colores, pero por más variedad que haya, hoy preponderaron amarillo, azul y rojo, hoy todos fuimos tricolor con siete, si siete estrellas.

Decidimos avanzar desde la redoma hacia el Fuerte Paramacay, pasamos a un lado de la Menina de Zabaleta que nos daba la bienvenida al municipio Naguanagua, ¿quiénes erámos? Éramos banderas, gritos, cantos, pitos, como dice la canción, éramos color esperanza.

En la caminata había gente de todas las edades, adultos mayores siempre dándonos ejemplo, familias con sus pequeños, quizás para que recordaran esta gesta ciudadana, esta lucha existencial, ética y épica que marcará sus vidas.

Una vez pasado el Circulo Militar y, ya teniendo a mano izquierda las áreas del Fuerte Paramacay y a la derecha la Villa Olímpica, un cordón militar nos impedía el paso, allí guardamos un minuto de silencio, arengamos a los soldados: «Mi lucha es tuya, se trata de la libertad, únete».

Me acerqué a la cabecera de la marcha y allí pude ver que en realidad, no era un solo cordón militar, 150 metros más atrás había otro; y detrás de ese, carros blindados. Dentro de la 41 Brigada Blindada militares veían lo que había dejado de ser marcha para ser concentración.

Observamos civiles vestidos de rojo, si, colectivos dentro de una instalación militar, militares y delincuentes juntos o quizás lo mismo, quizás siempre fue lo mismo.

Se había previsto una comisión para entregar un documento y esperábamos que decidieran cuándo pasar.

De pronto divisé cómo aparecían militares con perros entrenados y detrás de estos, otros con garrotes. Allí entendí que arremeterían contra civiles pacíficos. Varios de los militares tenían una bolsa de tela negra y habían dos guardias con unas cajas.

Volví al Vente Móvil a pedir organizarnos para que a las personas mayores y los niños los alejaran de allí, pero el ataque era inminente.

Fueron engañados

Los militares simularon dejar pasar a la gente y aprovechándose de la algarabía de poder continuar hacia la puerta principal de la 41 Brigada Blindada, con mala intención, alevosía y ventaja dispararon, lanzaron gas pimienta y algún otro tipo de gas, por los efectos en quiénes allí estábamos.

De pronto, luego de la algarabía por avanzar unos pocos metros, se inició una estampida de personas que buscaban ponerse a resguardo, los gases eran tan densos que al principio impedían ver con claridad, faltaba el aire y picaban.

Pedimos a la gente que no corriera, que respiraran con calma y ya nosotros estábamos afectados también por el escozor que producía. Bajamos hasta la esquina de Hogares Crea y allí la gente pedía a gritos, golpeando la reja que abrieran, que nos permitieran protegernos allí, no hubo respuesta.

La gente seguía corriendo, pero éramos tantos, que apenas podíamos movernos por las aceras y las calles. Nos faltaba el aire, el poco que podíamos respirar escocía, picaba, ardía. En el camino vimos algunas personas vomitando, otros caían a la suelo y en la desesperación le pasaban por encima, gritábamos exigiendo calma, todo eran gritos, desesperación, desamparo.

Quienes deben proteger a los ciudadanos nos atacaban vilmente, como que no fuera suficiente con la falta de medicinas e insumos médicos, sino que nos atacaban los que se supone están a nuestro servicio, guapos y apoyados en contra de civiles y conniventes con la guerrilla colombiana y las mafias de minerales, sin hablar del narcotráfico, cobardes, traidores, mil veces cobardes e indignos.

Ríos de gente caminábamos hacia El Trigal ya respirando con más facilidad y oyendo las detonaciones al fondo. Vimos pasar una pickup en la que llevaban a Moisés en la parte de atrás, su cara ensangrentada y el gesto de dolor, este joven hoy perdió un ojo, le dispararon una metralleta, si una canica, esas que solo creíamos servían para jugar y estos criminales le dan usos malignos, cómo ellos.

¿Cómo pueden disparar a mansalva a civiles indefensos? ¿Quién responde por esta atrocidad?

Varias horas después aún sentimos los efectos, dolor de cabeza, malestar estomacal, ardor en algunas partes de cuerpo.

Esos gases no son para disolver a civiles desarmados, su intención fue hacer daño, es la maldad de aquellos que solo entienden la fuerza como imposición de su voluntad.

Es necesario repensar las Fuerzas Armadas, ¿para qué sirven si le hacen daño a los ciudadanos, en qué se han convertido? Vamos a seguir manteniendo a esa gente con nuestros impuestos?

Si, hoy salimos, nos reprimieron, pero estamos más convencidos que nunca que hicimos lo correcto, #SeTienenQueIr no hay tiempo #NoHayVueltaAtras nuestro destino es la #Libertad y por supuesto que lo vamos a lograr!

#ComunismoEsMuerte

#LaIzquierdaEsMaldad

#VenzuelaLibre

Cómo canta Diego Torres, salimos a la calle porque sabemos que se puede y queremos que se pueda y si, las veces que haga falta nos pintaremos la cara color de esperanza para tentar al futuro con el corazón.

«Sé, que lo imposible se puede lograr, que la tristeza algún día se irá…»

Henrry Henríquez Machado




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