Para este viernes, como cada dos días, estaba anunciado el expendio de gasolina en las distintas bombas habilitadas para los sectores priorizados, lo que efectivamente se desarrolló en Valencia.
No obstante, no hubo el mismo colapso del día miércoles, cuando los civiles, como se ha llamado en estos días a los conductores particulares que han requerido el combustible, se agrupaban masivamente en los alrededores de la estación de servicio Guaparo con la esperanza de surtirse.
La noche del jueves surgió el rumor de que los militares a cargo de este expendio se dirigieron a la colectividad para indicar que, en adelante, sólo el personal sanitario tendría acceso, por lo que llamaban a los conductores particulares a abstenerse de hacer colas o pernoctar en los alrededores de la estación, puesto que no obtendrían el producto.
“Es maldad que hagan la cola y es lamentable que tengan 2 y 3 días anotados en una lista que no tendrá validez”, decía un mensaje enviado en cadena a través de Whatsapp y presuntamente emitido por un comandante del Ejército de apellido Rodríguez.
También señalaban que la cola arrancaría desde el hotel Stauffer, en la avenida Bolívar y que se atendería por orden de llegada.
Confirmada la información sobre el expendio de gasolina
Durante la mañana, El Carabobeño pudo confirmar cada una de las prerrogativas. Desde el inicio de la cola en el mencionado hotel y hasta las inmediaciones del antiguo hipermercado Éxito, más de 700 vehículos de médicos, enfermeras y personal asociado al área de salud aguardaban para llenar los tanques.
Una gandola abasteció la bomba a las 6:30 a.m. y pasadas las 9:30 a.m. se inició el despacho, por lo que los presentes aguardaban con la tranquilidad de ver movimiento en la nutrida fila de automóviles.
Aguardaban desde las 2:00 a.m.
Un grupo de enfermeras de Insalud estaba en el sitio desde las 2:00 de la madrugada para cargar combustible.
Una de ellas, María Mejías, señaló que temprano les cotejaron sus salvoconductos y les solicitaron paciencia. Relató que había gente desde la noche anterior, cerca de las 11:00 p.m., aunque la hubo más temprano, pero “la policía desalojó a todo el que empezó a colocarse desde las 9:00 p.m., luego ya permitieron hacer cola casi a la medianoche”.
Para el momento, sus compañeras Vilma Pérez y Liris Jaramillo, empezaban a mostrarse impacientes porque la cola no avanzaba mucho, pero no por eso dejaron de lado su confianza de que pondrían carburante a sus tanques.
Indicaron que para esta jornada no había civiles en la cola, dato que se verificó. A lo largo de la avenida no había ninguno a la espera de despacho.
De vuelta hacia el inicio de la cola, un militar pasaba los carros de a 10 en 10. Desde esa esquina en adelante, el acceso estaba controlado y no se veía ningún carro hasta los lados de la entrada de la bomba. De hecho, los surtidores habilitados son los que dan hacia la autopista, porque los del lado de la avenida Bolívar no estaban funcionando.
Cerraron Paramacay por seguridad
Más adelante, en dirección a la avenida Universidad de Naguanagua, la vía estaba inusualmente despejada de personal militar y de vehículos que pretendían llegar a la estación de servicio.
Se pudo recorrer toda la vía con normalidad hasta pasar el centro comercial La Granja y, más allá, el Omni Centro.
Justo en la esquina de la sede de este diario comenzaba la aglomeración de vehículos dispuestos en dos colas. Una, en la calle de servicio, nutrida de funcionarios policiales y militares. Otra, en el canal lento de la avenida, de funcionarios públicos de alcaldías y de la Gobernación.
Un funcionario militar coordinaba el paso y evitaba trancas para permitir el acceso a todos los que seguían hacia Bárbula.
Las autoridades habían decidido cerrar la estación de servicio Paramacay y habilitar la de La Granja, tres cuadras más arriba, en la avenida 181, la que desemboca al Hospital Metropolitano de Norte, por lo que la dinámica de los días previos se trasladó más adelante en la zona.
Se abordó a un efectivo que coordinaba el lugar para saber el motivo de la mudanza y señaló que “por razones de seguridad y de acceso a la autopista”. A las 10:30a.m., se aglomeraba gran cantidad de vehículos –en la avenida sumaban unos 200 aproximadamente- pero aún no había llegado la gandola con el combustible que se despacharía.
La Bosqueserino será deshabilitada
En atención a la advertencia del alcalde de San Diego, León Jurado, sobre el cierre de la variante Bárbula-San Diego, se constató que ciertamente la vía se encontraba cerrada justo después del acceso por la autopista hacia Valencia y en ambos sentidos.
Un funcionario castrense encargado del control señaló que la estación de servicio Bosqueserino, la llamada Church Chicken, será deshabilitada, por lo que con el cierre temporal, se calcula que hasta las 2:00 p.m., se buscaba agotar el combustible que, para el momento, se estaba destinando sólo al sector de los agroalimentos.
“Se abrirá la vía a partir de las 2:00 p.m. o hasta que se agote el combustible, lo que ocurra primero”, dijo.