Ganado

Crónica Uno enviado especial

Al hablar sobre la situación actual y de los últimos tres años, los productores agropecuarios optan por el término “recuperación progresiva” en vez de crecimiento y en ese proceso la falta de controles ha sido un factor clave.

En el sector primario de la economía venezolana, sin embargo, son cautelosos. La Ley Orgánica de Precios Justos, utilizada hasta 2019 para fijar precios máximos de venta de materias primas y productos finales, sigue vigente. Sin ese obstáculo gubernamental, los productores venezolanos han logrado reimpulsar su actividad.

Aspiramos a que los precios de los productos se mantengan por medio de la oferta y la demanda, ya que hasta el momento eso ha favorecido la producción. Que no se apliquen más las políticas de control de precios”, dijo en la 78° asamblea anual de Fedecámaras el presidente de la Federación de Ganaderos de la cuenca del Lago de Maracaibo (Fegalago), Paul Márquez.

La Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) estima que en la primera parte de 2022 el rebaño de ganado aumentó 8 % respecto al año anterior y el consumo de carne lo hizo de seis a ocho kilos por persona (33 %). El gremio de cañicultores proyecta que este año la producción de ese rubro aumente 30 % interanual y rubros como el maíz se prevé que incremente un 46 %.

Falta de políticas limitan el despegue
El sector primario, pese a incrementar su actividad gracias a la falta de controles, se enfrenta a las limitaciones del consumo nacional en un país con más de 90 % de pobreza por ingresos, los efectos de la competitividad internacional y la falta de políticas claras que impulsen su producción.

La agricultura necesita que se aplique un modelo de transición y políticas de Estado que no llegarán, pero el campo va a seguir respondiendo ante esos retos y saldrá airoso”, señala el presidente de la Asociación de Productores Independientes (API) y director de Fedeagro, Ramón Elías Bolotín.

Bolotín advierte sobre ejemplos como la importación de maíz y arroz sin aranceles, el contrabando de hortalizas y el alto número de intermediarios que participan en las cadenas de distribución y comercialización que afectan los precios finales y, así mismo, la compra de insumos para producir.

“A veces no solo competimos con los agricultores de otros países, sino con los sistemas y músculos financieros de esos países que les permiten estar más avanzados en temas como la investigación. Una de las grandes tragedias en Venezuela es la falta de políticas agrícolas consistentes, y la primera de ellas es la falta de investigación para poder competir”, destaca el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Cañicultores (Fesoca), Ricardo Álvarez.

El también productor advierte que, además de asumir la realidad financiera para ser más eficientes y reducir costos, los productores agropecuarios deben tener en cuenta la realidad tecnológica, científica y climática que hay que tratar, así como medir de forma precisa el mercado pues, a modo de ejemplo, destaca que en los últimos 10 años el consumo anual de azúcar se redujo de 40 kg a 20 kg por persona.

Información de Crónica Uno




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