EFE

Un conjunto de profesionales del «arte corporal»
ofrecen hacer tatuajes a cambio de donaciones de útiles escolares para
que niños de bajos recursos económicos puedan comenzar el venidero año
académico, esto a través de la jornada llamada «Tatuajes x útiles» que
se lleva a cabo en Caracas.

La actividad consiste en canjear
útiles escolares nuevos por un monto mínimo de 20 mil bolívares (30
dólares) por un tatuaje de determinado tamaño.

Los
beneficiarios de las donaciones serán los niños con mayores necesidades
de las comunidades que conforman Petare, la favela más grande de Venezuela, ubicada al este de la capital venezolana.

«Estamos seleccionando niños de distintas escuelas (…) Vamos a
impactar a más de 500 chamos (jóvenes) con esta jornada», explicó a Efe
Miguel Pizarro, parlamentario opositor venezolano que encabeza esta
actividad.

Quince tatuadores colaboraron para realizar esta
jornada, para la que prestaron sin fines de lucro materiales como
tintas, porta tintas, utensilios, su tiempo y su servicio.

«Nos están regalando dos días de un oficio importante y además muy
costosos todos sus materiales, y lo están poniendo al servicio de una
causa muy noble», enfatizó Pizarro.

Solo en el primer día de
jornada se lograron hacer «más de 80 tatuajes» y recolectar «más de
1.300 útiles escolares», por lo que los colaboradores estiman que en el
segundo día se repitan los números.

No todas las personas que
se acercaron al Centro Cultural La Pizarra, lugar donde se realiza la
actividad, se han tatuado, hubo quienes dejaron sus donaciones sin pedir
ningún arte en su piel, solo por ayudar con la causa.

Luego
de la recolección, de las personas que se tatúen serán llamadas 10 al
azar, para que acompañen a los tatuadores a los sectores populares a
entregar los útiles escolares.

Con esto los organizadores
quieren demostrar transparencia y que, al ser protagonistas, la gente se
sensibilice con «la realidad que está viviendo el país».

Las
razones para realizar esta innovadora actividad, dijo Pizarro, es que un
joven «que tenga la motivación de ir para una escuela porque tiene un
cuaderno nuevo y unos lápices nuevos, es un chamo que no va a agarrarle
el teléfono al de la moto y la pistola en el barrio», con lo que buscan
alejar a los niños de la violencia.

También hay otra razón de fondo y es que se busca «desmitificar la imagen de que el tatuado es un loco».

«Aquí se ha ido derrumbando ese tabú, pero nosotros queremos conectar
realidades distintas, esto es en lo que nosotros creemos: articulación
de esfuerzos», agregó el parlamentario de 28 años de edad que a la vista
tiene tatuajes en sus brazos.

Esta no es la primera vez que
se intercambian tatuajes por alguna causa social en Caracas, ya que cada
diciembre durante dos años consecutivos desde 2014 se ha desarrollado
la jornada «Tatuajes por juguetes», que funciona de una manera similar,
pero el canje es para regalar juguetes a los niños en Navidad.

La intención de este tipo de iniciativas, según el diputado, es
«articular» la solidaridad, porque «no es inalcanzable poder hacer cosas
que impacten mucho en comunidades, con esfuerzo, que no requieren mayor
cosa que creatividad, buena disposición y poco show».




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