Compradores buscaban el precio que mejor se adapte a su bolsillo. (Foto Andrews Abreu)

Beatriz Oliva || boliva@el-carabobeno.com

Las compras de última hora no podían faltar este 31 de diciembre. Gran afluencia de carabobeños recorrieron desde tempranas horas las calles del centro en busca de lo que faltaba para elaborar la cena de fin de año o estrenos.

Las calles estaban llenas de compradores, pero el ambiente en las tiendas era distintito. Las personas se desplazaban de local en local en busca del precio que menos pegara en el bolsillo, pues a la fecha es poco lo que queda de los aguinaldos.

La inflación ha golpeado a todos, sin distinción. Los comerciantes y buhoneros han tenido que rematar la mercancía antes de tiempo. Algunos establecimientos tenían pegado en la parte de afuera un cartel indicando que tenían 20% de descuentos. Aparentemente se han visto obligados a tomar esta medida por la falta de dinero para cancelarles a los proveedores.

La venta de uvas para este año también fue mala o pésima para muchos. Este es el único día que les quedaba para salir de ellas. De 400 bolívares el kilo de las nacionales bajó a dos kilos por 300 bolívares. Las importadas estaban en 700 y también se conseguían a menor precio.

La venta de ropa interior amarilla todavía estaba floja este 31 de diciembre. Esta tradición para la prosperidad del próximo año no era prioridad para muchos carabobeños. Su precio estaba en 200 bolívares, pero se podía conseguir a un menor costo.




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