Para la
mayoría de las personas es difícil relacionar alguna afección cutánea con
síntomas como inflamación y deformación articular, más asociados con
enfermedades reumáticas. Sin embargo, es esto exactamente lo que le sucede a
las personas con artritis psoriásica, una patología que amerita atención médica
tanto dermatológica como reumatológica.
El reumatólogo
Freddy Herrera explicó que la artritis psoriásica es una condición inflamatoria
que afecta las articulaciones, ligamentos y tendones. El deterioro articular se
produce como consecuencia de la psoriasis, una afección autoinmune que provoca
el recambio acelerado de las células cutáneas y origina la formación de placas
de piel gruesa, rojiza y de apariencia escamosa que aparecen más frecuentemente en codos, rodillas y cuero cabelludo, pudiendo
abarcar otras zonas del cuerpo.
El galeno
aclaró que no todas las personas diagnosticadas con psoriasis desarrollan a
largo plazo artritis psoriásica, sino aproximadamente en 30% de los casos.
La
psoriasis y la artritis psoriásica son enfermedades ocasionadas por diversas
causas, en ellas influyen factores genéticos en combinación con factores
desencadenantes del medio ambiente, como infecciones, traumatismos, sustancias
químicas y otros menos conocidos.
“Los
factores genéticos son importantes y el tener familiares de primer grado con
psoriasis o artritis psoriásica aumenta mucho el riesgo de presentarla.”,
expresó el especialista.
De acuerdo
con Herrera la enfermedad produce inflamación de una o muchas articulaciones
que provoca dolor y tumefacción (hinchazón), también se produce una inflamación
de las inserciones ligamentarias en los huesos, se puede llegar a sentir el
talón adolorido u observar el engrosamiento de los dedos. Hay ocasiones donde
las molestias se sienten en la columna, llamado compromiso axial de la
enfermedad.
Para diagnosticar esta enfermedad, los reumatólogos observan
las articulaciones hinchadas y doloridas, ciertos patrones de artritis, y
cambios en la piel y las uñas típicos de la psoriasis.
Por
lo general se toman radiografías para observar el daño articular. También
podría recurrirse a una resonancia magnética o una ecografía para observar las
articulaciones con más detalle. Se pueden indicar análisis de sangre para
descartar otros tipos de artritis que poseen síntomas similares.
Nota de prensa Comstat Rowland