Pocos productos en los anaqueles. (Foto Andrews Abreu)
Cristhopher Borrero
Los centros de abastecimiento privados de la avenida Bolívar de Valencia carecen de harina de maíz precocida. Desde hace mes y medio ha fallado el suministro en algunos establecimientos, mientras que en otros la ausencia del rubro se empieza a sentir. Algunos consideran que la venta de este producto en las cadenas del Gobierno nacional afecta a los demás comercios.
¿Qué habrá hoy?, es la pregunta que se realiza diariamente Teresa Burijo. A sus 85 años se ve forzada a recorrer diferentes mercados en busca de productos sensibles. “No hay harina de maíz, café, leche, carnes, pollo, ni siquiera atún enlatado”, lamentó la también inmigrante española. Recordó que hace 55 años, cuando arribó a Venezuela, la realidad era distinta. Un país maravilloso, fue la expresión que usó para referirse a la nación en sus memorias.
La escasez de productos es consecuencia de la falta de producción nacional, consideró Gabriel Hernández, consumidor. Agregó que los diferentes métodos para reducir las colas no combaten el desabastecimiento, pues no tienen repercusión en las líneas de producción de la nación.
Otros rubros de consumo masivo como las líneas de plásticos, delicatesen y mermeladas y hasta bombillos han perdido espacio en el mercado, al punto de no encontrarse en varios locales.
Los abastos también resienten la falta de refrigerantes para neveras, por lo que temen que las cadenas puedan cerrar progresivamente sus sucursales.
Trabajadores refirieron que los métodos de control de las colas han alejado a los revendedores, pero también han generado inconformidad y rechazo en los consumidores.
