El conocido hotel Corinthia, en Trípoli. (Foto AFP)

AFP

Nueve personas, entre ellas cinco extranjeros, murieron este martes en el asalto a un conocido hotel de Trípoli, protagonizado por hombres armados que se inmolaron, un nuevo ejemplo del caos que azota Libia.

El ataque al hotel Corinthia, muy frecuentado por extranjeros, duró varias horas y fue reivindicado por la rama libia del grupo Estado Islámico (EI).

Si se confirma la autoría, esto indicaría que la organización yihadista que declaró un califato a caballo entre Siria e Irak logró fortalecerse en el Norte de África y en Libia, un país donde conviven dos gobiernos en pugna.

Según las autoridades varios hombres armados hicieron estallar un coche bomba y mataron al menos a tres guardias de seguridad, antes de entrar en el establecimiento.

Un portavoz de los servicios de seguridad, Isam Al Naas, declaró a la AFP que «los cinco extranjeros muertos en el ataque eran un estadounidense, un francés, dos mujeres de nacionalidad filipina y un surcoreano».

«Acorralados por las fuerzas de seguridad en el piso 24 del hotel, los asaltantes han hecho detonar el cinturón de explosivos que portaban», indicó el portavoz.

El ministerio francés de Relaciones Exteriores informó de la muerte de un ciudadano galo y condenó los ataques, mientras que Estados Unidos también confirmó el deceso de una persona de ese país.

En el ataque, una «persona tomada como rehén» falleció cuando los asaltantes se hicieron estallar, precisó el portavoz. Por el momento se desconoce su nacionalidad.

Al menos otras cinco personas resultaron heridas, según fuentes policiales, entre ellas dos empleadas filipinas que se vieron afectadas por la explosión.

El piso 24 de este hotel estaba reservado a la misión diplomática de Catar, aunque en ese momento no había ningún miembro de la delegación, indicó una fuente de seguridad.

El jefe del gobierno autoproclamado de Libia, Omar Al Hasi, sí se encontraba en el interior del hotel en el momento del ataque, pero fue evacuado y se encuentra a salvo, según Naas.

Las fuerzas de seguridad impidieron la entrada de los periodistas en el hotel tras el asalto, mientras los expertos trataban de verificar que no hubiera explosivos escondidos.

Proceso político

En un breve comunicado en Twitter, la rama del EI en Trípoli reivindicó el asalto al hotel mientras aún seguía en curso.

En una primera reacción al ataque, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, advirtió en un comunicado de que «no se debería permitir que estos ataques minen el proceso político».

Se refería a la nueva ronda de negociaciones auspiciadas por la ONU entre facciones rivales libias que comenzaron este lunes para implementar una hoja de ruta para crear un gobierno de unidad.

El lujoso hotel, centro de reunión de oficiales gubernamentales, empresarios extranjeros y diplomáticos, era considerado un lugar seguro y un oasis en medio del caos instaurado en la ciudad desde la caída del coronel Muamar Gadafi.

Pero la seguridad ha decaído desde octubre de 2013, cuando el primer ministro Ali Zeida fue secuestrado allí por hombres armados, que lo liberaron horas después.

Las milicias que derrocaron al dictador Gadafi se disputan el territorio y las riquezas petroleras de Libia y controlan las dos ciudades más importantes del país, Trípoli y Bengasi. La situación se ha agravado en los últimos meses, con la aparición de dos gobiernos y dos parlamentos paralelos.

Fajr Libya, una coalición heterogénea de milicias, la mayoría islamistas, que se hizo con el control de Trípoli el pasado verano y controla asimismo Misrata, la tercera ciudad del país, anunció hace unos días un «alto el fuego» en todos los frentes, a condición de que «las demás partes respeten la tregua», para favorecer esas negociaciones de paz.

Pero la decisión de esta coalición, que no participa en las negociaciones de Ginebra, no garantiza pese a todo el fin de la violencia. Hace diez días varios asaltantes atacaron la embajada de Argelia en Trípoli dejando tres heridos, entre ellos un policía. La rama libia del grupo Estado Islámico también reivindicó el ataque.




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