El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió en California
con las familias de las víctimas del atentado de San Bernardino, que dejó 14
muertos y 22 heridos, destacando que representaban «la fuerza, la unidad y
el amor» que existen en Estados Unidos.
Obama y su esposa, Michelle, que hicieron una escala en
California de camino a Hawai, donde pasarán sus vacaciones de Navidad, pasaron
3 horas con los parientes de las víctimas y algunas de las primeras personas
que concurrieron al lugar del atentado.
La pareja presidencial expresó su admiración por las
reacciones de muchos de ellos por transmitir valores de tolerancia y respeto.
«En tan
difíciles momentos para ellos y para toda la comunidad, fueron representativos
de la fuerza, la unidad y el amor que existen en esta comunidad y en este
país», declaró el presidente.
También agregó
que aún en el período de Navidad, siguen vigilantes para prevenir nuevos
atentados, a su vez insiste en que estos tiroteos en lugares públicos son
inaceptables.