Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
El riesgo está ahí, cada vez más latente. El cierre de la planta Pfizer de Venezuela podría concretarse. Al menos eso es lo que sienten los trabajadores de la transnacional. Los números que manejan son alarmantes: 51,95% del personal fue retirado de la nómina durante el último año.
Solo 400 de 770 personas siguen activas. El resto aceptó la negociación planteada de renuncia. Alí Mora, secretario general del sindicato, denunció que la oferta de estos paquetes se hicieron incluso en dólares como una manera de garantizar la reducción de personal. “A ese ritmo finales del año o mediados del 2017 podría quedarse sin los 370 trabajadores que hay en la fabricante de medicamentos”.
La producción sigue a baja capacidad. Se está produciendo a 50% acetaminofén, Atamel en su nombre comercial, que es igual a 80 mil unidades al día de 150 mil que es la capacidad instalada. También se elaboran mil de dos mil unidades que pueden hacerse del antibiótico Unasyn tableta (adulto) y pediátrico (suspensión) en solo dos de tres turnos de trabajo. El resto de las medicinas, que completan una gama de más de 20, tienen las líneas de manufactura detenidas por falta de incipientes importados.