Litzy Sanz Nava || lsanz@el-carabobeno.com
Un
largo recorrido e interminables filas deben hacer los habitantes de Puerto
Cabello para lograr conseguir alimentos, productos de limpieza, pañales y de
aseo personal, ante la escasez reinante en los establecimientos comerciales de
la jurisdicción.
Mientras el Gobierno nacional advierte insistentemente en una
guerra económica orquestada por grupos que les adversa y el mandatario
municipal porteño le declara la guerra a revendedores de oficio, los
consumidores locales permanecen cuatro horas en cola para comprar ocho latas de
atún a precio regulado.
El hacerse de un bien de consumo alimenticio básico a precio
regulado es solo el primer paso, porque el otro es buscar en que trasladar la
compra. El costo de la bolsa para llevarse los productos adquiridos a
casa ya va por ocho bolívares en la capital porteña. Pero en algunos supermercados pretenden vender hasta las recicladas a Bs. 5.
“Si hay cola es porque van a sacar algo”
En muchos establecimientos las colas de compradores
para obtener artículos se engrosa con el
llegar de personas que, independientemente del producto que se vaya a
vender, están dispuestas a adquirirlos para aumentar el stop disponible en la alacena.
Si hay cola es porque hay van a vender un producto, apuntó Rosalio Vásquez. Tras
cinco horas de molestia, impotencia y cansancio son las reacciones recurrentes
de los clientes que llegaban a las afueras de los
locales tras una larga espera en fila para obtener dos kilos de azúcar en un
supermercado de esta ciudad.
Aunque organizados, la presencia de efectivos militares y
funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional los excesos
continúan, así como las confrontaciones entre quienes realizan la cola.