«Ya no hay colas en las panaderías porque ya no hay pan y arepas en la mesa de los venezolanos», así inicia un reportaje del diario español ABC, que retrata la realidad de los venezolanos desesperado por la situación de escasez de harina que vive el país.
La guerra declarada por Nicolás Maduro a los panaderos ha iniciado con al menos cuatro empleados detenidos y veintiún establecimientos tomados por la fuerza por los denominados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en Caracas.
El texto explica que en lugar de mejorar el abastecimiento, la intervención gubernamental ha empeorado la crisis. El régimen ha obligado a las panaderías a hornear el pan popular (canilla o baguete) todo el día con el 90 por ciento del saco de harina que le suministra y el restante para medias lunas y pasteles. El problema es que no hay harina y Maduro no sabe cómo multiplicar los panes.
El temible superintendente nacional, William Contreras, está ejecutando las amenazas del régimen. Afirma que los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Claps) ocuparán las panaderías durante 90 días, en los que contarán con el suministro de harina.
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