Es una grandísima impertinencia y presunción de reyes y ministros el pretender vigilar la economía privada de los ciudadanos y restringir sus gastos”.

Adam Smith.

La ambición individual sirve al bien común”

Adam Smith.

Este cinco de junio de 2023, se cumplen trescientos años (300 años) del nacimiento de Adam Smith economista y filósofo escocés a quienes algunos llaman el padre de la economía, en ese intento por demás estéril de darle paternidad a un solo autor de toda una ciencia con un nutrido andamiaje histórico, que aún se desarrolla en la sociedad, de lectura obligada en todas las escuelas de economía, al buen Sir Adam Smith se le recuerda por sus aportes a la ciencia económica desde el individualismo, la búsqueda del bienestar propio para que luego este sea diseminado en la sociedad, el aporte económico de Adam Smith subyace en el egoísmo individual, para que a través de las interacciones individuales fuere creada una imbricada cadena de interrelaciones que constituyesen el mercado, capaz de lograr el equilibrio económico, social y político. Adam Smith es recordado como un gran defensor de los ideales políticos de los individuos, para que a través del dejar actuar, dejar hacer o “laissez faire”, se limitase el poder omnímodo del Estado dejando a los mercados equilibrarse sin intervenciones innecesarias del ámbito estatal.

En el populismo ha encontrado Adam Smith y su teoría liberal a sus más virulentos detractores, desde luego si el Estado es total abjurará de la libertad económica, individual y política, algunos atolondrados de la izquierda troglodita y visceral, tildan a los aportes de Adam Smith, de liberalismo salvaje, usando el retruécano podríamos concluir, que quienes llegan a esas peregrinas tesis son en verdad salvajes que adulan al estatismo totalitaria y a su hija la planificación centralizada, un engendro abyecto desde el cual se intenta escindirle el carácter absolutamente humano y ontológico a los mercados, después de todo los mercados son la consolidación de los intereses individuales de sus actores y por antonomasia son creación humana.

Adam Smith, propone el poder moral y económico de los mercados, es menester hacer un previo y recordar que si bien este buen economista y filósofo escocés, es quien acuña la frase de la mano invisible del mercado, para hacer referencia a la imperiosa y necesaria limitación del Estado, en los temas económicos pues al fin los mercados tienden al equilibrio bajo las propias interacciones individuales, igualmente considera en su muy poca conocida obra la “Teoría de los sentimientos morales” a la acción de la simpatía, como dique de contención de las apetencias individuales, de tal suerte le incorpora límites a la acción individual, pues ningún bienestar es lícito si se basa en la violación de los derechos a los terceros, nos invita Smith pues a la aceptación de la otredad, ponernos en el lugar del otro y desarrollar un sentimiento absolutamente óntico como la alteridad.

Los aportes de Smith, se condensan en su frase repetida cual jaculatoria y muy poco entendida, que reza: “Ninguna sociedad puede ser feliz y próspera si la mayor parte de sus ciudadanos son pobres y miserables”, la pobreza era para Smith una indeseabilidad, un error pues obliga a los seres humanos a vivir en condiciones impropias, que son absolutamente ajenas a la esencia de lo ontológico e indignas del ser, desde luego en la pobreza es donde se establecen toda suerte de artilugios para darle más poder al Estado, estableciendo la tan odiosa igualdad social, que no distingue las cualidades diversas y divididas en especialización pivotada en productividad laboral y del capital, son esas las trazas que posteriormente serán definidas como capacidades para la libertad, reside el gran aporte de Smith y su vinculación con la lucha efectiva para y por la libertad y en contra de la pobreza y la miseria.

Hoy más que nunca, este nuestro país afectado por los atavismos de la izquierda ultrosa del pasado, esa que acude a refinadas y engoladas formas de un discurso basado en la justicia social y otra suerte de posturas anti economicistas, debe volver los ojos hacia Sir Adam Smith y comprender, que solo a través del individualismo, y la libertad, la sociedad puede tener un verdadero pivote en el bienestar, el individualismo propende hacia el logro de las aspiraciones colectivas del progreso e insisto, de las interacciones individuales surge el mercado como el lugar ideal, para el acuerdo equilibrado entre sus actores, sin la odiosa y además comprobada inoficiosa intervención del Estado omnímodo, macilento e incapaz.

Como economista, ratifico que este tricentenario ha de ser celebrado por nuestro gremio y por el de los filósofos, pues ambas profesiones las ejerció con maestría Sir Adam Smith, en la filosofía smithiana, se observa al hombre en toda su esencia, en la procura de la tarea de pensar racionalmente, quizás este sea la más odiosa cualidad para quien pretende el poder total, hoy es un día para celebrar en las aulas de clases, en la tarea de educar para la libertad y sembrar conciencia, hoy es día de fiesta para economistas y filósofos y para quienes además respeten la diversidad de las ideas, el derecho a disentir y entiendan la otredad.

El mejor homenaje que se hace a la obra de Smith, reside en asumir una postura cierta, clara e incontrovertible con la virtud, pues se hace un muy flaco favor como académico y estudioso de la filosofía económica, cuando se preconiza a la virtud y se emplean toda suerte de subterfugios para hacer salir a flote a los vicios, al encono hacia la filosofía económica, por cualquier atavismo oscuro, que pretenda escindir a la economía de su rol connaturalmente cercano a lo humano, en estos trescientos años aun abundan los fariseos, que se disfrazan de liberales, que repiten cual rosario el tema de las virtudes cívicas y los hábitos modeladores del carácter, pisoteando la otredad, la alteridad y la existencia de la libertad, estos no rinden homenaje a Adam Smith, son meros histriones que atados a un método actoral simulan y cooperan con la civilización del espectáculo a la cual sirven al engaño y la anestesia colectiva, en su culmen como daño angtropológico.

Hoy coincide este aniversario con mi cátedra de problemas de actualidad económica en Venezuela, en la aún autónoma, libre y democrática Universidad de Carabobo, la cita es en el aula jóvenes, para analizar el hecho, de que buena parte de nuestro drama subyace en la desviación de la propuesta de Adam Smith: Más libertad y menos regulación, más mercado y menos Estado ¿Cabe todavía la duda en la incapacidad congénita del Estado para regular la vida de los ciudadanos?, ninguna sociedad con un Estado total deviene libertad y bienestar, por el contrario la tozudez de asumir más Estado, por encima del Mercado produce, entre muchos males: hambrunas, migraciones, horror y crueldad, la vuelta al Estado natural el regreso involutivo a Hobbes, de esa realidad regresiva tenemos por desgracia los venezolanos mucho que enseñar.

Finalmente mañana es un día para los defensores de la pluralidad, para los verdaderos académicos que están dispuestos a escuchar la divergencia de opiniones y en mi caso particular aprovecharé estas líneas para agradecer al buen maestro y “Doctor” Wilfredo Camacaro, quien nos presentó la oportunidad de conocer a Smith en toda su esencia humana, hoy es uno de esos días para agradecerle a esos Maestros de la vida, quienes nos cedieron el lugar para seguir sembrando ideas críticas a las juventudes, desde la verdad del relato, desde la postura de hacernos dueños de nuestra historia, para contarla sin ficciones y con coherencia.

Nos vamos mañana en el aula de clases, nos vemos siempre a la luz de las ideas de libertad, individualismo y bienestar, nos vemos bajo el desiderátum del desarrollo y la libertad y sobre todo nos vemos a la luz de las ideas morales se Smith, el respeto al otro, la alteridad y los diques que contengan nuestras apetencias individuales, para poder coexistir y conspirar el aire de la libertad y el progreso. Hoy mientras tanto, yo seguiré enseñando, celebro con júbilo los actos organizados en todas las universidades a la luz de este evento, pero aplaudiría de manera jubilosa si lográsemos la coherencia necesaria para enseñar a Smith, bajo su verdadera esfera humana, desde lo óntico y con el respeto, el amor y la pasión que solo quienes nos formamos como economistas o filósofos podemos sentir, por la huella y el legado indeleble de este pensador de la libertad y de los derechos morales y económicos del hombre.

Att. Prof. Carlos Ñáñez economista, profesor universitario, columnista y ciudadano coherente y dueño de su discurso.

La Virtud es más temible que el vicio, porque sus excesos no están sujetos a la regulación de la conciencia”

Adam Smith.




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