La cuarentena para evitar el contagio con Covid-19, que incluye como medida el distanciamiento social, no fue impedimento para que quienes sentían aprecio por Alfredo Fermín le dieran el último adiós en la funeraria.
Allí estaba Alfredo, trajeado de forma impecable y muy elegante, como le gustaba asistir a los actos especiales. Sus amigos le estaban rindiendo el último homenaje.
El arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette presidió la misa exequial en su honor, acompañado por el padre Miguel Romero.
El prelado de la iglesia católica carabobeña tuvo palabras de elogio para quien también fuera su amigo personal. Lo calificó como un hombre de fe inquebrantable, honesto, amante de la iglesia y gran devoto de la virgen del Socorro.
Resaltó su trabajo periodístico a favor de la iglesia y la gran amistad que tuvo con monseñor Luis Eduardo Henríquez, quien se convirtió en su maestro.
También hizo referencia a la defensa de la ciudad, que desde su columna dominical Hoy y Después en Valencia hacía Fermín. “Fue un hombre de fe, de honradez y de honestidad. Que el señor como buen pastor lo reconozca entre sus ovejas, lo monte sobre sus hombros y lo lleve a la morada del gozo eterno al lado de Dios padre”.
José Napoleón Oropeza reconoció a Fermín como pilar fundamental del Salón Arturo Michelena y del Ateneo de Valencia. “Alfredo Fermín se ha quedado entre nosotros para siempre. Su obra y su figura permanecerán como el más fuerte de los camorucos de nuestra amada Valencia, a la que él inventaba paso a paso, mientras caminaba por ella, y escribiendo sobre ella en su columna Hoy y Después en Valencia”.
Ruth Lara Castillo, secretaria general del CNP Carabobo, recordó la creación de la orden Alfredo Fermín, un reconocimiento en vida a su obra. “Hoy Alfredo pasó a cumplir la pauta más importante que le ha tocado, que es la pauta con Dios”.
La secretaria general del CNP recordó que la tristeza de este periodista comenzó con la desaparición física de El Carabobeño, por lo que ahora comienza a escribir una nueva historia. Hoy, las nuevas generaciones de periodista recibirán su legado que es el amor por esta profesión.
La jefa de reacción de El Carabobeño Carolina González recordó las tertulias en el cubículo de Alfredo Fermín sobre los acontecimientos de Valencia. Además atesoraba los recuerdos que tenía del fundador de El carabobeño Eladio Alemán Sucre. Con el director del diario Eduardo Alemán lo unió una gran amistad, que se expresó hasta el final de sus días.
González subrayó que Alfredo fue el cronista sentimental de Valencia, que luchaba para que sus sitios emblemáticos se mantuvieran relucientes. “Alfredo fue una persona buena, un enamorado de Valencia, una persona que quiso esta ciudad tal como la quieren ustedes que la han vivido y padecido”.
Con palabras entrecortadas comentó que ahora en el cielo Alfredo estará acompañado por Paco Cabrera, Vladimir Zabaleta, Ricardo Maldonado, Oswaldo Vigas, Guillermo Mujica Sevilla, Oswaldo Feo Caballero, entre otros amigos que ya han partido.
Recordó que la casa de Alfredo siempre fue El Carabobeño, por ello cuando dejó de circular y ya no pudo escribir para la versión en físico, le dolía visitar el diario, donde pasó gran parte de su vida. “Estuvo lucido hasta el último minuto de vida, solo estaba muy triste. Debemos recordarlo como el hombre trabajador que era, como el gran amante de Valencia que fue”.
Hilda Fe Medina habló en nombre de los artistas plástico para destacar la labor de Alfredo por ese sector.
Mientras se oficiaba la misa exequial montaron guardia de honor los periodistas Ruth Lara Castillo, Delia Sánchez, Juan José Toteseau, Yelitza Lugo, Dhameliz Díaz y Francisco Briseño, luego lo hicieron Héctor Correa, Blanca Querales, Carmen Luisa Florez, Rodolfo Blanco y Elio Parra.
La universidad de Carabobo estuvo representada por la ex rectora María Luisa de Maldonado y el ex secretario Pedro Villarroel. La alcaldía de Valencia por su alcalde Alejandro Marvez y el presidente de Fundacultura Denis Miraldo.
Asistieron varios ex compañeros de trabajo de El Carabobeño así como el ex alcalde de Naguanagua Julio Castillo, el presidente del Colegio de Enfermeros Julio García, Lucio Herrera, Rubén Pérez Silva, José Rodríguez, Guillermo Manosalva, Armando Amengual , Cora Páez, Jesús Enrique Gánen, Daniel Labarca, Marina Bencomo y Esteban Simonetti.
También asistieron Edgar León Guerra, Juan José Ávila, Concheto Di Tomasi, Mariana Bencomo, Gonzalo Peña, Julio Medina y José Borges, entre otros.
Tal y como estaba previsto, los restos de Alfredo Fermín fueron trasladados al cementerio Jardines de Paz en San Joaquín, donde recibieron cristiana sepultura.
