Insomnio, Luis Cabrera, 2015

Por: Luis Cabrera / @salteveneno

Revisando algunos apuntes de lecturas en mi libreta, me consigo con cuestionamientos que realizó Philippe Dubois, en los que desarrolla tres discursos que se han venido desarrollando a lo largo de la historia de la fotografía.

El primero se ubica a comienzos del siglo XIX, y consiste en la afirmación de la fotografía como espejo de lo real (el discurso de la mímesis). En efecto, al comienzo de la creación de la fotografía, era percibida por el público como un “análogo” objetivo de lo real. Es decir, un proceso que desprende una obra mimética.

El segundo discurso, se ubica en el siglo XX y la noción es un poco menos romántica, interpretando a la fotografía como una transformación de lo real (el discurso del código y la deconstrucción). Ahora, la imagen fotográfica era percibida como un elemento de análisis, de interpretación, y hasta de transformación de lo real, entendiendo que, así como el lenguaje está culturalmente codificada.

En el tercer y último discurso se asimila la fotografía como una huella de un real (el discurso del índex de Charles Sanders Peirce, filósofo, científico quien fuese considerado el fundador del pragmatismo y el padre de la semiótica moderna o teoría de los signos). Dubois consideró a este discurso útil y necesario, por su deconstrucción (semiológica) y denuncia (ideológica), pero con algunos vacíos que lo dejaban insatisfecho.

Señala Dubois que “algo singular subsiste a pesar de todo en la imagen fotográfica, que la diferencia de otros modos de representación: un sentimiento de realidad ineluctable del que uno no llega a desembarazarse a pesar de la conciencia de todos los códigos que allí están en juego y que han procedido a su elaboración”.

Un cuarto discurso – fuera de los escritos señalados por Dubois – se levantó posteriormente a principios del siglo XXI: la postfotografía; término utilizado por algunos teóricos de la imagen, entre ellos Joan Fontcuberta, para definir una época o contexto en que la fotografía tradicional se desprende de su uso original para convertirse en otra cosa. Todo esto como consecuencia del proceso de hipervisualidad en el que estamos sumergidos.

Y queda la puerta abierta. La llegada de los NFTs y sus contratos inteligentes. Si bien es cierto que no plantean cambios en el proceso de creación de la imagen, sí modifican el modo en que pueden ser compartidas y comercializadas, replanteando la manera en que percibimos a la fotografía digital permitiendo que sea tokenizada y convertida en un criptoactivo.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.