Celia Navarro llegó casi a las 9:30 a.m. al Centro de Formación del Hombre Nuevo Libertador para exigir una fe de vida de su esposo Boris Quiñones, pero su solicitud fue en vano. Solo supo que presuntamente está bien por algunos custodios que la recibieron en la entrada del recinto.
Ella vestía una franela blanca como acostumbran los familiares de los privados de libertad en días de visitas. Su rostro era de preocupación porque desde hace 15 días no ve a su esposo.
Dos intentos de suicidio ha concretado el preso político. El primero fue ingiriendo cloro y el segundo con una soga al cuello y aunque quedó colgado, los custodios lograron reanimarlo. Pero su esposa no está segura de si está fuera de peligro.
Carlos Penella, abogado del preso político, comentó que la orden que introdujeron ante el tribunal para solicitar el traslado a un centro médico de Quiñones no ha llegado a las oficinas del recinto penitenciario, por lo que este lunes irán a la institución a presionar.
Ellos desean que Quiñones sea atendido por un siquiatra, que le realicen exámenes médicos y lo saquen del recinto por ser un paciente psiquiátrico. Aseguraron que en esas condiciones no puede seguir allí.
La diputada a la Asamblea Nacional por Aragua, Melva Pineda, acompañó a Celia Navarro en el recinto, porque Quiñones no ha querido ingerir alimentos desde hace días.
Pineda denunció que al recinto no ha llegado la boleta de traslado que presuntamente emitió el juez noveno de control Israel Paredes tras la solicitud de un examen psiquiátrico para el preso político.
La diputada responsabilizó a la ministra de Servicios Penitenciarios Iris Varela, al juez noveno de control y al director del recinto por lo que pueda pasarle a Quiñones si no es trasladado a un examen psiquiátrico.
