Por lo visto es el momento propicio para los presidentes latino-americanos. Después del premio Nobel para la Paz otorgado por la honorable academia de Estocolmo, en Suecia, al presidente colombiano Santos por haber finalmente logrado, despues de 70 años de rebelión, una pacificación con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), tengo la impresión de que haya otro presidente  tambien latinoamericano  en lista para ser distinguido con el premio Nobel, en este caso por la Economía. Me refiero concretamente al presidente de Venezuela, el cual, frente al desastre económico y monetario que está viviendo este país,  está tomando una serie de medidas “extraordinarias”, cuyas consecuencias “deberían” normalizar el gravísimo problema que hay con la inflación y con la devaluación de nuestro signo monetario (considero prudente usar el modo potencial, puesto que las posibilidades  para que estas medidas sean exitosas son súper escasas).

A tal propósito el presidente,  días pasados ratificó que el gobierno nacional seguirá defendiendo la estabilidad de la moneda contra  los ataques de los capitales extranjeros. Ahora bien, para que tengan una idea, así sea aproximada, de como estos “revolucionarios” han defendido hasta ahora la estabilidad de nuestra moneda y su valor de adquisición en los mercados nacionales…o sea la tasa de inflación, es bueno que no se olviden que en 1999, o sea cuando subió al poder Chávez, no había control de cambio y para comprar un dólar se necesitaban 575 bolívares mientras hoy en día, despues de casi 18 años de “revolución” y 14 de control de cambio, para comprar un dólar se requieren 4000 bolivares..pero  multiplicados por 1000, porque no podemos ni debemos dejar de caer en la cuenta del olvido que el comandante  le quitó tres ceros a nuestro signo monetario para crear el mal llamado “bolívar  fuerte”.  Que ironía! Nunca nuestro signo monetario ha sido tan débil como ahora! Hay más, yo creo que en el mundo entero no hay países que hayan sufrido una devaluación tan elevada y en los cuales haya una tasa de inflación como la que hay aqui!

Ahora bien, frente  a esa debacle total del bolívar en el mercado nacional y extranjero, el candidato “in pectore” para el premio Nobel, supuestamente aconsejado por unos asesores lumbreras en materia económica-monetaria, decidió, en primer lugar invalidar todos los billetes de cien bolívares  –  no me parece la manera mas lógica para reducir el exceso de circulante  –  y luego para evitar acaparamiento  especulativo, fijó precios limites de venta creando con eso una incontrolable “inflación latente”  cuyos efectos no serían un aumento de precios sino una enorme carencia de oferta, mercado negro, colas interminabile frente a los negocios como esta sucediendo en tosos los países a economia dirigida, como Cuba, Corea del Norte etc.

El problema de la inflación entonces, no se resuelve fijando por decreto precios límite sino creando un equilibrio entre oferta y demanda, o sea entre flujos monetarios y flujos reales, es decir entre el circulante que va del consumidor al productor y los bienes de consumo que van del productor al consumidor.  Y para eso el único remedio es incentivar la producción.

Frente a ese dilema la pregunta se impone: ¿se está haciendo eso en esta  Venezuela “revolucionaria”?

 

 




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