En los últimos meses el estado Carabobo ha sido testigo de eventos muy particulares dentro del mundo de la oposición que se comenzaron a mostrar de manera pública y notoria cuando se inició oficialmente la campaña electoral para la gobernación del estado.

Y la primera víctima que pagó las consecuencias de tal situación fue el Alcalde de Naguanagua, Alejandro Feo La Cruz, quien no recibió el debido apoyo y respaldo a su candidatura (incluido su propio partido Voluntad Popular), donde varios dirigentes de esa tolda, prácticamente desaparecieron durante la campaña. Por otro lado, una parte importante de los Partidos no se les observó un trabajo importante y eficiente y prácticamente se montaron a Feo La Cruz sobre la espalda, el grupo llamado “El Voluntariado”, el Partido Progreso y algunas figuras de AD, PJ, UNT y Con Enzo.

Sumado a esto, estuvo el tema del supercogollo del comando de campaña de Alejandro, que era más hermético que la caja fuerte de la Reserva Federal de USA y cuyos miembros siempre expresaron que “todo estaba de maravilla” y era una gran mentira.

Concluido ese evento, viene ahora el proceso para las elecciones de Alcalde donde el campeonato de zancadillas entre la misma gente de la oposición ha alcanzado niveles inimaginables sobre todo en  Valencia y Naguanagua.

Ante éste panorama, evidentemente que los pronósticos no pueden ser positivos y ello no es malo que suceda, porque creemos que Carabobo debe cerrar éste ciclo tan nefasto donde un porcentaje muy importante de la llamada  dirigencia se encuentra totalmente fuera de lugar, sin discurso, sin mensaje a la población, sin crítica alguna a los hechos locales y sin propuestas para buscarle soluciones a los grandes problemas del estado y de la ciudad. Es decir, un “liderazgo” totalmente vacío e infantil y todo ello es la consecuencia de un largo proceso de decadencia que está llegando a su fin y que debe ser aprovechado para iniciar una jornada de decantación y renovación donde aparezcan nuevas caras que refresquen el tétrico panorama que vive la sociedad civil y democrática de Carabobo y Valencia.

Es por ello que la ciudadanía organizada y las instituciones deben dar un paso al frente y marcar la pauta de lo que está ocurriendo pues la sociedad está sedienta de soluciones y  además necesita que le indiquen hacia donde está el camino del futuro.

El 2017 va a cerrar siendo señalado como el año de la orfandad política en el estado pues quienes se dedican a esa actividad en un gran porcentaje son un verdadero fracaso. Si de votar el 10 de diciembre se trata, pues como ciudadanos debemos ejecutar el acto de votación por el mejor y no por el menos preparado, pues en ningún país desarrollado del mundo las personas van a votar por el más inepto y mucho menos van a votar en contra de alguien y así favorecer al adversario político de la acera del frente aunque este no tenga ni siquiera las condiciones psíquicas para optar a un cargo de tal importancia pues se trata de una de las tres Alcaldías más importantes de Venezuela. Yo como Valenciano me niego a ejecutar un acto de esa naturaleza y allá los políticos y politiqueros que mentalmente actúan como Dinosaurios de la Cuarta en la época de la degradación. Pues no es un tema de edades sino de mentalidad y formación.

Para finalizar creo que desde el cielo José Rafael Pocaterra tendría que reescribir su obra sobre Valencia y en vez de decir “Valencia, madre eres tú, pariste a Venezuela” tendrá que decir “Valencia, llora, porque estos hijos políticos tuyos acaban con la ciudad”.
QUE VERGÜENZA ¡




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