Foto: Referencial.

Con 302 aperturas en las Grandes Ligas y un 70% de sus apariciones de por vida en la LVBP como iniciador, era poco probable ver a Carlos Zambrano actuar desde el bullpen. Las circunstancias, lo llevaron a cambiar de función y “El Toro” lo asume con mucha sabiduría.

“Uno tiene que acostumbrarse y tomar el rol que a uno le asignen. Aparte hay muchos jóvenes que vienen a lanzar y es también una forma de darle chance a los muchachos para que hagan su trabajo”, expresó el derecho, de 37 años de edad, que además reconoció no tener buenas actuaciones como abridor en esta campaña.

Zambrano, arrancó la temporada como uno de los cinco iniciadores de la nave, pero, luego de tres salidas, el staff de coaches de los filibusteros se vio obligado a usarlo de otra manera y pasó, de ser el pitcher que lanza la primera bola, a ingresar en el transcurso del juego, situación que no asumía en Venezuela desde su temporada de debut, en la contienda de 1998-1999, cuando tenía 17 años de edad.

“El beisbol tiene un significado: es estar disponible para todo, y en ese significado hay cambios”, dijo “El Toro”, que recordó un reconocido caso, cuando lanzaba con los Cachorros de Chicago. “Yo me acuerdo cuando Alfonso Soriano estaba jugando en segunda base y lo movieron a los jardines. A él no le gustó mucho, pero ahí le resultó mejor porque pudo tener más longevidad en lo que hacía”.

El nativo de Puerto Cabello, estado Carabobo, tuvo una segunda oportunidad para iniciar encuentros. Luego de sus primeras tres presentaciones, en la que admitió 15 carreras limpias en apenas siete innings de labor y de su primera pasantía como relevista en la zafra, gozó de un segundo chance, cuando el 11 de noviembre asumió el desafío de abrir ante los Bravos. Sin embargo, el resultado no fue diferente a lo ya mostrado, y cargó con su tercera derrota de la capaña.

A partir de allí, el experimentado serpentinero, autor de un “no hit no run” en las Grandes Ligas en 2008 con los oseznos, se ha subido al montículo solo para relevar a sus colegas, acumulando desde entonces, 10 presentaciones de sólo tres rayitas merecidas en 11.1 entradas.

“Ahora estoy lanzando más strikes, estoy atacando más la zona, creo que debí de haber comenzado así. Después de tener tres años sin lanzar, pienso que tenía que haber comenzado en el bullpen y después pasar a abrir juegos”, reconoció el diestro, que, en total como relevista, posee marca de 1-0 en 13 actuaciones, con 1.62 de efectividad en 16.2 innings lanzados.

“Estoy disfrutando mi estadía en el bullpen. Ahora me está yendo bien como relevista y es cuestión de disfrutar cualquier rol que a uno le asignen”, admitió.

Ahora, Magallanes sin Yohander Méndez, Ricardo Sánchez y Erick Leal en la rotación –a este último le resta una apertura-, se vislumbra una nueva oportunidad para Zambrano de abrir, de acuerdo con lo mencionado por el manager naviero, Luis Dorante.

“Eso lo estoy esperando desde hace rato”, dijo entre risas “El Toro”. “Me encanta abrir, me gusta más iniciar juegos, pero la decisión la tienen ellos (los coaches). Siempre he pensado que, a la hora de la verdad, ahí estamos nosotros, los que no tenemos contratos en Estados Unidos y los que estamos disponibles”, puntualizó.

Una labor que va más allá que subirse a la lomita

Con 37 años de edad y luego de estar fuera del besibol por tres temporadas, era ingenuo pensar que Carlos Zambrano regresaría sólo con la intención de realizar el trabajo acostumbrado: subirse a la lomita a enfrentar bateadores.

Durante los tres años en los que estuvo apartado de la pelota, se dedicó a viajar por diferentes partes del mundo, incluyendo Sudáfrica, adquiriendo conocimientos espirituales y con la intención de compartir esas experiencias, en el mundo del beisbol.

“No niego que me han dado ganas de recoger mis cosas e irme y de retirarme de nuevo, pero siempre que me levanto así, los muchachos me agarran en el bullpen y me empiezan a hacer preguntas de la biblia, preguntas de Dios y por eso estoy acá. Poder expresarles ese Dios maravilloso que cambió mi vida, que ahora soy diferente, que ahora hay palabras de fe, de motivación, de esperanza. Eso me motiva a quedarme más”, indicó Zambrano.

El lanzador, reconoce que, por su larga trayectoria dentro de la pelota y por sus nuevos dotes bíblicos, peloteros como Ronny Cedeño, Andrés Eloy Blanco, Yohan Pino y Deolis Guerra, se le acercan frecuentemente a consultarle situaciones no sólo sobre el juego en sí, también consejos de índole familiar.

“Me piden consejos sobre ambas cosas, en aspectos deportivos y espirituales. Siempre tengo una palabra de motivación espiritual”, reveló.

Zambrano, aún desconoce su futuro en el mundo del bate y la pelota después de la temporada en la LVBP con los Navegantes. Sin embargo, “El Toro” tiene un “as” bajo la manga para seguir inmiscuido en el deporte, así no sea de la forma en la que está acostumbrado.

“Si Dios me permite jugar en Grandes Ligas otra vez, entonces allá también estaré llevando la palabra de Dios. Pero sino, entonces que sea como coach, pero quiero poner el nombre de Dios en alto, no el de Carlos”, enfatizó.

Prensa LVBP.




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