Mi columna en este importante diario regional se orienta hacia la economía, pero en esta oportunidad decidí responderle a la abogado y ex senadora colombiana Piedad Córdoba, sobre sus destempladas declaraciones en un programa producido en la hermana República de Colombia, denominado el “boletín de Gomelo”, un programa por cierto en el cual el presentador o host, puede manifestar abiertamente su orientación política y explanar sus opiniones absolutamente opuestas hacia la izquierda, algo que para los medios de comunicación en nuestro país está vetado para los comunicadores y columnistas que mantienen posturas críticas, mientras que para los propagandistas y personas que simulan escribir en medios afines al régimen la posibilidad de difamar e injuriar es infinita, siempre y cuando se atente contra la honorabilidad de un  opositor; esa es la primera diferencia entre estas dos repúblicas hijas de Bolívar, una de ellas, la cuna del Libertador, está sometida por una horrida hegemonía gansteril, y la otra intentando copiar los errores y horrores de su hermana, para instalar un modelo anacrónico generador de miserias, por cierto estas que la señora Córdoba no es capaz de reconocer.

No es mi costumbre injuriar a nadie y menos exponer a ninguna persona al escarnio, la intención de esta columna es sencillamente darle respuestas claras y sustentadas a la señora Piedad Córdoba, quien por cierto, a mi juicio, fue sometida a una entrevista bastante peculiar, basándonos en la hostilidad y el nivel de muchas preguntas y opiniones que a mi parecer, luego de ver el vídeo colgado en youtube, estuvieron fuera de contexto y plenas de procacidades. Sin embargo, uno debe entender eso que los filólogos llaman movimientos semánticos, es decir, lo que en Venezuela es una mala palabra, en Colombia es considerado un lenguaje coloquial y adoptado por el habla, de allí la importancia del uso de un castellano estándar alejado de regionalismos, a los fines de esterilizar la lengua y hacerla potable, alejándola de cualquier abordaje que pretenda dominarla o someterla. En fin, esa es otra opinión personal que quiero dejar por sentado, a los fines de no responder ni a las formas, ni a las poses de la entrevista, y menos escudriñar en la vida personal de la señora Córdoba o del entrevistador, pues no son de mi interés y se constituirían en el desarrollo de una práctica deleznable propia de la palangre y alejada absolutamente de mi rol de columnista.

En tal sentido, solo daré  respuestas a los juicios de valor, o mejor dicho a los prejuicios, que desde la adhesión ideológica y afinidad política de esta ex senadora colombiana, manifiesta con nimiedad y absoluto nihilismo sobre el desastre de carácter humanitario  desarrollado en mi país, Venezuela, por parte de una hegemonía perversa que se instaló en el justamente para vaciar el Estado de Derecho, ciencia en la cual usted señora Córdoba se tituló, y se precia de no ser una lega; en mi país ningún presentador o critico se puede permitir expresar sus ideas frente a una política de izquierda sin correr riesgos.

Usted manifiesta que los lenguajes sectarios y provocadores le molestan, entonces cabe una pregunta ¿Cómo soporta los lenguajes de Maduro y de su camarilla?, todo el discurso de Chávez y Maduro han despersonalizado a sus críticos, al límite de escindirle a todo aquel que se oponga, de su condición humana por la vía de la despersonalización del oponente y la nimiedad, cuando se hacen blancos de injurias, calumnias y hasta agresiones físicas, pasando por la posibilidad de perder la libertad.

Sentada en un cómodo sofá Chesterfield, usted señora Córdoba se permite evaluar la emergencia humanitaria de carácter complejo que se desarrolla en Venezuela y que ha causado la diáspora de más de seis millones de connacionales, que justamente generan un grave problema de desplazamiento en su país Colombia, bajo el imperio del chavismo, proyecto político en el cual usted milita sin ambages. Mi país ha perdido más del ochenta por ciento de su producto interior bruto sin presentar un conflicto bélico o catástrofe natural, de hecho, mi país se ha convertido en teatro de operaciones para organizaciones criminales colombianas que se disputan el control de los territorios del fronterizo estado Apure, parte de nuestro territorio que subyace atomizado del control y unidad como elemento integrante del Estado, eso es una verdad del tamaño de un templo, como madre usted muy orgullosa cuenta como uno de sus hijos, tuvo  la oportunidad de estudiar en Londres y en Yale, y llama la atención que siendo usted tan de izquierda y fiel seguidora del proyecto chavomadurista, no lo enviara a estudiar a la Isla de Cuba o la socialista Venezuela, otra de las curiosidades incoherentes de todos los militantes de le extrema izquierda; en verdad me complace que su hijo haya tenido esas oportunidades, en mi país la cobertura escolar en todos los niveles ha descendido en 73%, los muchachos abandonan los estudios y desertan de la escuela, para ganarse el sustento o bien para irse a pie a cualquier país vecino, y desde luego ser blanco de las presiones sociales que derivan en xenofobia, las madres venezolanas no son tan afortunadas como usted, aquellas que han parido bien sea en la calle o en los bancos de cemento de nuestros destruidos hospitales, deben  conformarse con el hecho de que sus hijos tengan una esperanza de vida de tres años menos que aquellos nacidos hace menos de una década, y las que tienen hijos de más de 24 años han de asumir la diáspora como una realidad, estas consecuencias terribles las han producido sus amigos y afectos en el ejercicio del poder.

¿Cómo se permite usted señora Córdoba indicar que en Venezuela no ocurre nada?, en nuestro país ocurre de todo, hasta que una extranjera haga nimia nuestra tragedia, quizás movida por inconfesables planes. De la política de su país no voy a opinar, son ustedes los colombianos los responsables de su destino, pero es inaceptable que usted le adjudique, en un acto de absoluta indiferencia, la eclosión de esta crisis de emergencia humanitaria a las sanciones de Estados Unidos, me permitiré aclararle en aras de que es usted una mujer preparada y con un nivel de vida envidiablemente bueno(dicho por usted misma) a que indague en el entorno virtual del Banco Central de Venezuela y advierta que para el año 2017, ya el país ostentaba una calamitosa situación de contracción económica superior al 49%, todo esto antes de las sanciones, así que honre su nivel académico y emplee las comodidades que tanto le gusta exhibir y manifestar que le son afines, para preparase antes de ofrecer una opinión sobre la situación política y económica de un país, eso se llama política comparada y es un tema muy complejo que le invito a revisar, antes de dar declaraciones destempladas y alejadas de la verdad.

Usted insiste que una visita a nuestro país le fue suficiente para otorgarle la autoridad académica, ética y estética para opinar de la desgracia que es hoy en día Venezuela(la segunda nación en el planeta con mayor diáspora luego de Siria) es cuando menos una irresponsabilidad, sin expresarle que podría hasta ser considerado una crueldad, dice usted que en Venezuela con un salario inferior a dos dólares es mentira que los ciudadanos pidan limosnas, hurguen en la basura y pasemos hambre, eso para usted es “pura paja”, pues no existe  respeto a la oposición, las cárceles están llenas de opositores y de disidentes, cientos han debido huir del país y todos estamos bajo la posibilidad, en el mejor de los casos, de ser sometidos al escarnio público y hasta ser amenazados por medos de comunicación afines a la tiranía que usted reconoce como legitima, por el simple hecho de su adhesión ideológica.

Pues señora Córdoba, no es “pura paja”, que en mi país la pobreza total supera el 94,5%, que llegamos a ese techo y sencillamente no podemos ser más pobres, y de nuestra población el 76,6% no pueden comer de acuerdo a la línea de la pobreza, en su país las estadísticas las mide el Estado, el Instituto Colombiano de Estadística y Geografía, en el mío esa tarea la deben hacer las Universidades, en especial la Católica Andrés Bello, la invito a revisar las Encuestas de Condiciones de Vida, para que advierta usted que no es falacia alguna que el país es mucho más pobre que Haití y no tiene contexto con América Latina, de hecho la pobreza medida oficialmente en Colombia es de 48%, es decir Venezuela duplica a Colombia en casos de pobreza y en la dimensión estructural de la pobreza, que bien le haría leer a Amartya Sen mientras selecciona del catálogo de moda exclusiva los productos Salvatore Ferragamo, que manifestado por usted son de su preferencia, y en mi caso, por ignorancia tuve que consultar a Google para saber que se trataban de zapatos, bolsos, cinturones y perfumes, todos bienes imposibles de adquirir con mi mísero salario de profesor universitario. No me avergüenza decirlo señora Córdoba, en Venezuela es imposible calzarse, vestirse, comer, costear una enfermedad, etc. en fin, es imposible vivir bien, como de acuerdo a lo manifestado por usted en ese programa, le encanta a usted hacerlo y nosotros dichosos de que usted tenga libertad económica y posibilidad de comprar esas marcas exclusivas de lo que para los socialistas es una actividad de la clase ociosa, vaya contradicción estimada Piedad Córdoba.

Las horridas protestas, los saqueos y la administración de justicia militar en ámbitos civiles, fueron una realidad clara que usted señora Piedad hace laxa y nimia, total, son muertos que se merecían ese destino, se oponían al amor revolucionario de la izquierda heroica que usted representa; nuestra oposición ha cometido errores, lo cuales no les corresponde a usted evaluar, así como tampoco le corresponde opinar sobre los logros del chavismo, hábilmente se negó a dar su opinión sobre Maduro, pues sencillamente, la regresión que ha experimentado mi país desde 2013 es innominada, y la izquierda prefiere no calificar a Maduro, no usarlo  como locus, pues su proxémica con la connaturalidad fascista son incuestionables y usted así lo sabe, pero prefiere evadir, simular y callar cosa que los de la extrema izquierda hacen sin ningún esfuerzo.

Usted denuncia que la oposición venezolana, hace política comiendo divinamente en Medellín, en Madrid, en Bogotá o en cualquier parte del mundo, pero usted hace política en los hoteles de lujo de la frenética Venezuela de Maduro, ataviada con las galas que manifestó ser de su gusto y también come divinamente, mientras el resto de los 28 millones de sobrevivientes de Venezuela, según usted no comen de la basura, no piden limosnas y viven en esta Arcadia socialista maravillosa. Predique con el ejemplo estimada ex senadora. Con cinismo usted manifiesta que fue muy cercana a Chávez y muy querido el por usted, sin tomar en cuenta que la suma de sus errores son los lodos que hoy nos ahogan como sociedad, haciéndonos algo aún más horrido que un Estado fallido, pues en Venezuela para que falle el Estado primero debe existir, y mi estimada y querida Piedad, en Venezuela no hay Estado. No entraré a calificar las calumnias sobre una supuesta relación amorosa que según usted le fue adjudicada, esa es su vida personal y usted debe tener formas propias para no exponer su vida privada, usted se califica de bruja para provocar, y le obsequia una botella de un selecto Ron cubano Santero al presentador, entonces de nuevo me permito preguntarle: ¿No es que los lenguajes provocadores le son tan incomodos? la coherencia es necesaria señora, sus creencias religiosas son de su personal interés y no me interesan, pero no le dé sentido de nimiedad a nuestro drama.

El presentador la presenta como una comerciante exitosa, empresaria de hotelería, exportadora de flores y política de oficio, obviamente esta última indirecta usted no fue capaz de advertirla, pues la política no es un negocio, es un servicio a la sociedad que se debe remunerar para que el funcionario público o el político en ejercicio no asuma que las instituciones y el erario le pertenecen, le convendría leer “Ética y política” del autor mexicano y de izquierda Vásquez Sánchez, pero bueno, me imagino que con tantas ocupaciones crematísticas y de lucro usted no tendrá tiempo de hacerlo.

Finalmente señora Piedad Córdoba, sepa usted que la emergencia humanitaria de Venezuela, es compleja y dolorosa, y tal vez por ser usted abogado y no estar familiarizada con los cálculos me permitiré hacerle algunas aclaratorias, en su país Colombia, la tasa referencial de cambio, bajo libre flotación se ubica en 3.767 pesos colombianos por dólar, en mi país existe un proceso de destrucción de las cualidades del bolívar como moneda y de la institucionalidad monetaria, en tal sentido, en tipo de cambio a la fecha de publicación de este artículo, hablamos de 4,14bolivares digitales, utilizando el esquema de la tercera reconversión que le suprimió seis ceros a la moneda y desde 2008 le ha eliminado catorce ceros, eso en bolívares soberanos, representa 4.140.000 bolívares, estaríamos hablando entonces de 414 billones de bolívares anteriores a la llegada al poder de su tan querido Chávez, es decir 4,14x 1014  bolívares, así de sencillito.

Decía usted que le encanta vivir bien y que creé en la igualdad, sapa pues mi respetada señora, que uno no debe ser brujo para evaluar el indice de Gini ofrecido por las ENCOVI y determinar que es de 0,578, es decir, de 57,8%. Aclaro que este indice mide la desigualdad en el ingreso, Venezuela es hoy el país más desigual del planeta, los zapatos que usted dice usar y que en mi ignorancia y pobreza desconocía de su existencia, tienen un valorde unos 600 dólares el más económico, es decir un venezolano, que perciba algo más de dos dólares debe ahorrar 249 meses para adquirir los zapatos, que usted de manera despiadadamente cruel e incoherente manifestó usar, e indica que las vendedoras de la exclusiva marca de modas en Bogotá la llamaban para indicarle la llegada de las nuevas colecciones. No es “pura paja” que los niños venezolanos mueren por no poder ser dializados, pues en un país sin agua ni electricidad ni salud, los niños enfermos fallecen esperando ser trasplantados, sin contarle que los enfermos de coronavirus han fallecidos ahogados al dejar de ser asistidos por los respiradores, tras las innumerables y muy prolongadas fallas de electricidad.

La humildad Piedad Córdoba, es algo que no se le da bien, de nuevo celebro que viva usted a guisa de una sultana, usando su lenguaje inclusivo por demás felón e inapropiado. Dese usted todos los gustos, use ferragamos para calzar sus pies, siéntese cómodamente en un sofá Chesterfield, hágase todas las bromas pesadas y cargadas de procacidad y de giros soeces con el presentador, quien en lo personal no me agradó, pues una cosa es ser irreverente y otra muy distinta ser vulgar, pero exímase de hacer cometarios nimios, laxos y nihilistas de nuestro drama, puede usted abrazarse de su creencia ideológica, pero no deforme la verdad, venga a Venezuela e intente vivir sin el apoyo de nuestro régimen o las rentas de sus pingues negocios, hágalo con el salario de un docente universitario o de un médico y luego hablamos. Un consejo, hágale honor a su nombre y tenga piedad de nuestro drama, o al menos no opine alegremente del mismo.

Con todo el respeto que usted no fue capaz de mostrarnos al hacer nihilismo de una crisis con rostro humano, la cual es medida en muertes, se suscribe un profesor venezolano, que también tiene el legítimo derecho de vivir bien, pero al cual esta tiranía tan querida por usted le expropio el futuro, un último consejo Piedad, por piedad elemental y sentido de empatía respeta a los 28 millones de náufragos del chavismo y a los casi seis millones de desplazados, a quienes han acogido con piedad en tu país, gente buena y humilde que no predica el socialismo y gusta de los más obscenos estilos de vida del capitalismo.

“Estamos obligados a luchar enérgicamente contra todos los eventuales gérmenes del odio colectivista”

Vaclav Havel




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