Comercio informal mejora a través de la capacitación en finanzas para afrontar la crisis

Unas gaveras, un mantel y un banquito son los implementos que utiliza Nohelia Guillén para armar su tarantín improvisado en donde vende dulces. Lo hace en una calle de Las Mayas, al suroeste de la ciudad de Caracas. Ese es el inicio de su trayectoria como comerciante, aunque aspira a tener un local propio en el que pueda vender más mercancía y pueda estar mucho más cómoda.

Nohelia tiene 51 años de edad. Ha vivido en Las Mayas gran parte de su vida. Sus días de venta son jueves, viernes, sábados y domingos. Y el horario es a partir de que baja la luz del sol. Los dulces los compra en Ocumare del Tuy.

“Yo en realidad vivo en Charallave, por eso conocí esa distribuidora y porque además son los mejores dulces de pastelería que he probado”, comentó sobre su negocio.

Alrededor de Nohelia hay más comercios informales. Algunos venden frutas, otros chucherías, otros empanadas. Entre otras ofertas. Además, están los locales que venden charcutería, licores, o quincallas que venden de todo. En el caso de Nohelia, su comercio es parte del sustento económico de su hogar, formado por su esposo, su hija y nieta.

¿Por qué comenzar un negocio de venta de dulces?

Hace dos años, cuando la pandemia de COVID-19 aún estaba en pleno apogeo, Nohelia decidió tener “un negocio propio”.

La situación económica en casa, a consecuencia de la inestabilidad económica nacional, no era buena. Su esposo era el único que aportaba económicamente en la casa, mientras que su hija (que en la actualidad tiene 20 años de edad) se encontraba en busca de empleo.

«No quiero quedarme sólo con esto, quiero algo más. Cuando llueve es el momento más complicado. Debo recoger lo más rápido posible e ir a un local cercano”.

Todo comenzó con una venta de empanadas con la que Nohelia no tuvo mucho éxito por la competencia a su alrededor. Ahora, además de los dulces, que cuestan un dólar o su equivalente en bolívares, también vende refrescos, por una alianza que recientemente comenzó con la empresa Coca Cola.

Los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), en su edición de 2022, señalan que a partir del año 2018 la proporción de población económicamente inactiva (PEI) comenzó a crecer por la reducción de la demanda de empleo y la destrucción de oportunidades económicas.

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Nohelia trabaja como personal obrero en un colegio. Allí gana apenas sueldo mínimo (130 bolívares).

«Por eso decidí emprender. Necesitábamos más ingresos dentro del hogar”.

Datos económicos

Sobre la economía venezolana hay mucho que decir, debido a la inestabilidad económica que se cuenta desde aproximadamente 10 años. En todo ese tiempo el grupo de personas que se dedica a trabajar por cuenta propia se mantiene amplio, aunque algunos datos demuestran que una parte se unió al empleo formal.

En 2022 la población económicamente activa es de 56,2%, en comparación con 2021 que era de 50,0%.

Otro dato que muestra la Encovi es que el sector comercial se redujo en 2022 (18,0%) en comparación con 2021 (18,7%). Esto va de la mano con el crecimiento del empleo formal que ya representa 50% de los ocupados.

Sobre el tema del aumento de precios, el Observatorio Venezolano de Finanzas asegura que en agosto los precios “sobrerreaccionaron” a la depreciación del bolívar, pues en el mes el tipo de cambio aumentó 8,3% en el mercado paralelo y 10,5% en el oficial.

El empleo informal se redujo a 7,7 puntos porcentuales, luego de estar en 7,9 pp. Sigue muy por encima de su menor valor en 2014 (36%).

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La economía informal está conformada por unas 7 millones de personas en Venezuela, según la Asociación de Trabajo Autónomo en Venezuela (Atraem).

Hay días buenos y días malos

“Me he ido bandeando poco a poco”. Vender todo tipo de alimentos es “un tiro al piso”, según Nohelia. Sin embargo, hay días en que se puede ir con todo vendido, mientras que hay otros en que la mercancía se le queda en las manos. Sus pedidos son de aproximadamente 40 unidades.

Para mantener su negocio Nohelia recibió asesoría a través de unos talleres impartidos por Coca Cola FEMSA de Venezuela. En esas clases adquirió conocimientos que le han servido para mantener la mayor cantidad de ganancias posibles: debe hacer presupuestos “para todo”, incluso del dinero que va a gastar en pasajes dentro del transporte público.

Pero no todo el aprendizaje tuvo que ver con la administración de un negocio. Nohelia también aprendió que el éxito de un comercio pasa por ser una persona con buena autoestima, una palabra que ella no ha escuchado muchas veces en su vida. “Aprendí que una debe valorarse”.

Coca Cola FEMSA desde hace tres años creó la Red de Empoderamiento Femenino. La cohorte más reciente graduó a 320 mujeres de diversas zonas populares de Caracas. Esta red consiste en formar a emprendedoras en finanzas básicas y administración, además de darles asesoría en derechos ciudadanos y apoyo psicosocial.

Otros datos

Otro dato Encovi es que 58% de las jefaturas de los hogares venezolanos están a cargo de mujeres, quienes, además de trabajar, deben ocuparse de la crianza de los hijos, en muchos casos al 100% debido a la ausencia de los padres.

La pobreza por razones sociales aumentó (vivienda, educación y servicios) de 31% en 2019 a 42% en 2022, según Encovi. Aunque por razones económicas disminuyó de 69% en 2019 a 58% en 2022. Sin embargo, este tipo de pobreza sigue siendo muchos más predominante en el país.

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