Cruz de Mayo / Foto: Luis Cabrera

Como cada último domingo del mes de mayo, este pasado 30 de mayo, se celebró en la comunidad de El Rincón en Naguanagua, el Velorio de Cruz de Mayo. Esta tradición tuvo su inicio en el año 1962 cuando tres residentes de la zona: Vicente Parra, Evangero Mora y Guillermo Ramírez, decidieron darle inicio a la festividad.

Los actuales custodios de la tradición son la familia Ramírez Yépez, quienes con mucho entusiasmo y esfuerzo desarrollan los preparativos para darle continuidad al juramento que una vez hizo su padre, el «negro» Guillermo, para mantener vigente la tradición.

El día anterior a la celebración, se terminó de decorar la Cruz, armar los arreglos florales que le adornan, preparar la comida para los visitantes, y al final de la tarde se rezó un rosario. Algunos de los presentes recordaban lo concurrida que era esta fecha previa en ediciones anteriores, pero como muchas de nuestras tradiciones han sido golpeadas por la diáspora, la crisis, y más recientemente por la pandemia.

Procesión Cruz de Mayo / Foto: Luis Cabrera

Llegada la fecha de la procesión, poco a poco se acercaron familiares, vecinos y amigos, devotos de la Cruz de Mayo, para demostrar su afecto y fe. Todo en medio de cantos cortesía de la Parranda del Divino Niño, asiduos colaboradores de la festividad.

La procesión partió desde la casa de la familia Ramírez Yépez hasta la planicie del cerro El Rincón donde reposa la Cruz de Mayo.

Durante su camino hizo varias paradas, donde vecinos se acercaron a tocar la Cruz, hacerle su petición, y agradecer. En estas pausas los cantos de parranda anunciaban que continuaría la procesión, y se intercambiaban la oportunidad de cargar la Cruz durante el trayecto como manera de pagar alguna promesa.

Cantos a la Cruz de Mayo / Foto: Luis Cabrera

Una vez en la planicie, tras algunos minutos de subir el cerro, colocaron la Cruz en su base, decorada con las flores, y le cantaron, versos alegóricos a la Cruz, a los que ya no están y a la alegría de tener la oportunidad de estar juntos de nuevo gracias a esta tradición.

Antes de bajar nuevamente, se realizó un rezo y peticiones a la Cruz por la salud y bienestar de las familias y por la oportunidad de celebrar un año más la festividad.

Hasta la fecha son 59 años de tradición, y tres generaciones involucradas en mantenerla viva a pesar de las duras circunstancias y no contar con ningún tipo de patrocinio. Estas son el tipo de manifestaciones que construyen el acervo cultural de nuestras comunidades.




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