(Foto cortesía Ultimas Noticias / Referencial)

El origen de la proliferación de estructuras de crimen organizado violento, como la banda de la Cota 905, en Caracas, es multifactorial. Sin embargo, en Venezuela hay dos elementos que durante los últimos años han impulsado a estos grupos delincuenciales: la corrupción y las políticas estatales erróneas para combatir a la delincuencia organizada. Así lo consideró el abogado penalista Luis Armando Betancourt.

En su opinión, organizaciones criminales como la de alias “el Koki” y otras situadas a lo largo y ancho del país no podrían sobrevivir y mucho menos sostenerse si no existiera la corrupción y la intervención de funcionarios policiales o gubernamentales -en los distintos niveles del poder-, que por acción u omisión terminan favoreciendo a los delincuentes.

La existencia de estas bandas delictivas no es algo novedoso en el país, pero su afianzamiento representa un peligro cada vez mayor. “Aunque no es algo nuevo, no deja de ser una situación muy peligrosa que afecta a la economía nacional, al ciudadano común y que va a favorecer una migración importante de venezolanos”, advirtió durante su participación en El Carabobeño en vivo.

Más que delincuentes comunes

De acuerdo a Betancourt, en Venezuela hay delincuencia organizada violenta y de astucia. La primera hace referencia a organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de armas, narcotráfico, lavado de activos, sicariato, secuestros, robo de vehículo y dominio de territorio. Mientras que la segunda engloba a sujetos con un nivel intelectual superior que delinquen a través de, entre otras cosas, prácticas cibernéticas.

Fue enfático al aclarar que no se debe confundir a la delincuencia común con la organizada. Señaló que quienes integran bandas como la de la Cota 905 “no son rateros ni delincuentes comunes. Son organizaciones bien estructuradas”. Es por eso que, a su juicio, se requiere de la elaboración y ejecución de políticas de Estado verdaderamente eficientes que permitan combatir al crimen organizado violento.

“En Venezuela es común que se hable de reformas en las políticas educativas y económicas, por ejemplo. Pero de políticas criminales que combatan a la delincuencia organizada es raro escucharlo en los políticos que hoy gobiernan el país”, sostuvo el también coordinador del Foro Penal en Carabobo. “Esto ha venido arrastrándose desde hace años producto de políticas erradas que permitieron que, por acción u omisión, las bandas se formaran”.

Según el abogado penalista, las denominadas “zonas de paz” creadas por el gobierno en barriadas como la Cota 905, donde hay bandas asentadas, permitieron que grupos delincuenciales agarraran fuerza y hoy sean difíciles de controlar. Aseveró que lo mismo ha ocurrido con otras políticas erróneas que han derivado a la confirmación de otro tipo de estructuras en los penales, controladas por los pranes.

La Cota 905 desde el terreno

“Fue una guerra”. Así describió el veterano periodista de sucesos Román Camacho los intensos enfrentamientos entre cuerpos policiales y los integrantes de la banda de “el Koki”, que se extendieron por más de 48 horas. Él vivió lo ocurrido desde el terreno, mientras realizaba la cobertura periodística del caso, y aseguró que este no fue un intercambio de disparos común sino uno nunca antes ocurrido en un contexto distinto al de alguno de los golpes de Estado que se han registrado en Venezuela.

“Las personas que viven en la Cota 905 saben que no fue un show ni una mentira”, dijo en referencia al escepticismo que muchos manifestaron a través de las redes sociales. El trágico balance confirma la dura realidad: al menos ocho civiles inocentes perdieron la vida y otros 10 resultaron heridos por balas perdidas. Además, cinco funcionarios policiales fallecieron y, de acuerdo al balance oficial ofrecido por las autoridades, 22 presuntos antisociales fueron abatidos.

Pero Camacho apuntó que el número de delincuentes asesinados pudiera ser mayor, ya que la propia banda enterró en las garitas y en una fosa común a quienes fueron neutralizados por la policía. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) trabaja en el hallazgo en identificación de los cadáveres. “Hay que ver si esa cifra se mantiene o si descubren más cuerpos enterrados”.

A pesar de los días difíciles que vivieron los habitantes de la Cota 905 y otros sectores cercanos, quienes en medio de la desesperación se vieron obligados a abandonar sus hogares y desplazarse hacia lugares seguros, actualmente la situación está controlada y muchos han comenzado a regresarse a sus viviendas. El trabajador de la prensa detalló qué hay puntos de control policial en las zonas antes afectadas.

“Los vecinos esperan que ese despliegue no sea un pañito de agua caliente y a largo plazo la banda vuelva a tomar el control”, expuso para El Carabobeño en vivo. “Yo creo que la mejor solución es que los cuerpos policiales instalen un comando en esas zonas, que garantice que las bandas no vuelvan a tomar el control. También hacen falta planes sociales, porque la Cota 905 después de esto va a quedar más golpeada de lo que ya estaba. Ahorita es pobreza extrema lo que se ve en ese sector”.

Desinformación en medio del caos

El periodista acaparó que la mujer capturada e identificada por las autoridades como la supuesta esposa de “el Koki” es realmente su ex de hace más de 10 años, con quien tiene una hija en común, de 15 años. Ambas fueron detenidas en un intento de ejercer presión al delincuente.

Sobre una foto de un hombre abatido que ha circulado a través de las redes, explicó que se trata de un sujeto que mataron en Turumo hace año y medio. “‘El Koki’ no está muerto ni ha sido detenido. Ni ‘el Garbis’, ni ‘el Vampi’, tampoco ‘el Loco Leo’ ni ‘el Mayeyas’, que son quienes controlan La Vega y la Cota 905”.

Vea la entrevista completa a continuación:




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