Crónica.uno: En Táchira se incrementó la tala de árboles en parques nacionales durante un año de pandemia. (Foto: Carlos Eduardo Ramírez)

Transcurrido un año de la declaratoria de emergencia nacional por la pandemia del COVID-19, no solo ha cambiado la vida de los ciudadanos por el uso de mascarillas, los confinamientos, las medidas de bioseguridad y el luto que ha quedado en muchas familias, sino que también la naturaleza ha tenido impactos negativos, por lo menos en el estado Táchira, donde la tala de árboles maderables ha ido en aumento.

La falta de gas doméstico ha permitido que la tala sea observada como una práctica justa y necesaria, pues hay sectores en los que no hay gas, ni electricidad, o si hay esta última, los habitantes de las comunidades no tienen dinero para acceder a una cocina eléctrica, cuyo valor actual es en pesos colombianos o en dólares, reseñó Crónica.uno.

Sin embargo, el director del Instituto Nacional de Parques (Inparques) en Táchira, Richard Zambrano, explica que el impacto de tala de árboles en los parques nacionales de la entidad no se debe a la falta de gas, sino a la venta de la madera y el uso de los terrenos para ocupación agropecuaria.

Precisa que esta tierra andina se ubica entre los primeros cinco estados del país con más tala en árboles. Se trata de especies arbóreas que tienen hasta 100 años de vida, que una vez son derrumbadas sus espacios pasan a ser potreros o patios productivos.

Desde que llegó la pandemia todo esto ha incrementado, recuerden que la pandemia a muchos nos creó ocio”, afirma.

Destaca el director de Inparques que en los parques nacionales Tapo Caparo, Chorro El Indio, El Tamá y en río Negro se están llevando a cabo las talas de árboles de mayor extensión. En el caso de río Negro, municipio Fernández Feo, talan árboles en la orilla del afluente hídrico. Teme que con la temporada de lluvias crezca el caudal y suba hasta el puente, que está ubicado un metro más arriba del caserío.

En la zona han derribado árboles en unas dos hectáreas distribuidas entre la entrada a la Z, por la Troncal 5, hasta el cerro La Guacamaya, vía Santa Ana, municipio Córdoba, y aunque Inparques compró fincas para generar una recuperación natural, están siendo invadidas.

“Incluso a orillas de río le quitaron todo el cañaveral para sembrar maíz, yuca, la gente no entiende que es un muro de contención a la hora de la crecida de un río”, agrega.

En el parque nacional Tapo Caparo, ubicado en Abejales, municipio Libertador, un grupo de invasores se han dedicado a quemar la vegetación y talar árboles.

Hace un año hubo un incendio forestal ocasionado por los mismos invasores, que siguen en la zona, porque no pudimos hallar el causante real y las zonas que fueron quemadas fueron sembradas. Un incendio lo generan para producir, pero debemos saber dónde producir, porque quitamos cinco hectáreas de árboles que nos dan oxígeno para sembrar maíz que nos durará un mes”, resalta Zambrano.

Además de estos casos habitantes de Pueblo Nuevo en el municipio San Cristóbal y, de Michelena, municipio Michelena, han denunciado el incremento de la tala de árboles.

Derrumbe de más de 120 especies

Aproximadamente 400.000 habitantes de cuatro municipios del Táchira: Libertad, Independencia, San Cristóbal y Junín, pertenecientes a las comunidades de Pericos, Mamonales, El Pueblito, El Porvenir, Vega del Cedro, Palma de Seda, Berlín, Puente de Oro, Santa Anita, Arismedi, El Valle, Santa Cruz, La Victoria, Alineaderos, entre otros, se han visto afectados por la tala de 120 especies arbóreas en cuatro hectáreas de la unidad de producción La Osa, ubicada en la aldea Bermúdez, municipio Libertad del estado Táchira.

De acuerdo con el vocero de las mesas técnicas de agua de esos sectores, quien prefirió omitir su nombre por temor a represalias, el ecocidio estaría ocurriendo desde el año 2009, en las cabeceras de los nacientes de La Espinosa, Caño Jesús, Caña Grande y La Cristalina, por parte de un invasor que tumba árboles maderables de vieja data para sembrar pasto y crear potreros.

Aunque representantes del Ministerio Público, Ministerio de Ecosocialismo y Agua, Guardería Ambiental, Inparques, Guardia Nacional, el alcalde y los concejales del municipio Libertad han realizado inspecciones, reuniones y levantado actas, no se ha paralizado la acción.

La tala indiscriminada por tanto tiempo ha generado problemas con el servicio de agua potable, con el que cuentan solo de 11 de la noche a tres de la mañana.

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