Las autoridades de Willemstad encierran a migrantes venezolanos indocumentados junto con peligrosos delincuentes en el Centro de Detención de Curazao (SDKK, por sus siglas en papiamento), medida que viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos y atenta contra la vida de los extranjeros sin papeles.
La denuncia la formuló, en un comunicado, la ONG Human Rights Defense Curaçao (HRDC), la cual alega que “estar encarcelados con presuntos delincuentes, incluidas personas sospechosas de delitos graves, genera problemas de salud, miedo y desconfianza, problemas psicológicos y la sensación de trato injusto”.
La organización sostiene que varios migrantes, que cuentan con medidas legales de protección, indican que ya no soportan su permanencia en el SDKK e incluso señalan que prefieren regresar a Venezuela, país del que han huido por temor a persecución política y/o trato inhumano por parte de sus autoridades nacionales”.
Degradantes condiciones contrarias al derecho
Refiere la HRDC que “a diferencia de la detención penal, la detención de inmigrantes es de naturaleza administrativa y, por esa razón, no punitiva. Las degradantes condiciones actuales resultan contrarias al carácter administrativo de la detención de inmigrantes y refugiados. Las Reglas Penitenciarias Europeas destacan que ‘una prisión no es lugar adecuado para detener a alguien que no es sospechoso ni condenado por un delito’”.
La asociación civil defensora de los Derechos Humanos explica que decidió ofrecer esta declaración ante la “avalancha de quejas recibidas en los últimos días sobre abusos en los centros del SDKK, donde se encuentran los inmigrantes”.
Como ejemplo, HRDC relata que “los migrantes están encerrados en sus celdas porque los presuntos delincuentes tienen que participar en actividades y no hay suficiente personal calificado para vigilar a los refugiados”.
Con información de La Patilla.
