I was wrong about the inflation”

Paul Krugman.

Decía el sabio Aristóteles que existían fuerzas modeladoras de las apetencias humanas para alcanzar el orden y el justo medio la virtuosa mesura, entre estas fuerzas modeladoras podemos invocar a la veracidad cuyo defecto es un vicio denominado juicio insuficiente y su exceso se constituye la jactancia, así pues tanto el defecto como el exceso en la conducta humana deforman el justo medio de la acción virtuosa de los hombres refiriéndome en este caso particular a un tweet o “trino”- como se les conoce en Colombia-, publicado por el Presidente electo Gustavo Petro, quien además de político es economista de profesión en esta publicación de twitter en su cuenta @petrogustavo indicaba textualmente: “ Paul Krugman, uno de los mejores economistas del mundo, nos muestra como la emisión de dinero por billones de dólares en EEUUU no ha traído inflación. En época de recesión, la emisión puede obtener transitoriamente una economía si se dirige a las familias”. La idea de mis columnas esta absolutamente alejada de la tara o vicio de la vulgaridad, la bufonada, el regodeo maligno y la infamia, asumo que esa es la postura del marco mental del economista y presidente de la Republica de Colombia Gustavo Petro, pero debo advertir que tanto el ejemplo que usa como referencia, así como el abordaje que hace del fenómeno inflacionario están absolutamente errados y a continuación pasaré a explicarlo.

Primero Paul Krugman, un reputado economista y columnista del New York Times afirma “I was wrong abaut the inflation” que en castellano sería “Me equivoque sobre la inflación”, hay que tener virtud de valentía para reconocer los errores y es allí en donde subyace la grandeza de esta economista, justo en la humildad de saberse humano y proclive a errores, sobre todo en una ciencia cambiante y absolutamente dinámica como la economía. En el twitter del economista Gustavo Petro, primero no se delimitan las declaraciones de Krugman las cuales las dio a principios del año 2021 en pleno desarrollo del plan de rescate económico impulsado por el demócrata Joe Biden y un congreso con una ínfima mayoría demócrata, ese rescate consistía en una erogación de 1,9 billones de dólares y muchos analistas advirtieron el sesgo inflacionario de esta política, Paul Krugman reconoce que él estuvo tranquilo, tal vez por el hecho de que la crisis de la pandemia se abordó como un problema de demanda en sus inicios.

La equivocación reconocida por Paul Krugman estribó en el desarrollo de los acontecimientos y en las expectativas de los agentes económicos y aquí quiero establecer un vínculo con el economista Shirer, quien advirtió desde los ámbitos de la macroeconomía que existían dos pandemias la de la incertidumbre y la sanitaria, ambas paralizaban y la incertidumbre daría al traste con la manera a través de la cual se abordaba un tema de oferta, el cual se trataba desde la demanda.

El debate se dio en el marco de pensamiento común de los economistas con constructos de pensamientos keynesianos, bajo ese paradigma la emisión de un gasto publico deficitario estimularía la demanda; llegando al acuerdo en que una economía más robusta, con una baja de desempleo, -como de hecho se mantiene en los Estados Unidos- tendría ceteris paribus una tasa de inflación más alta.

Lo que se discutía era la enorme proporción del gasto de rescate, los detractores indicaban que le multiplicador monetario acotado a una dimensión normal, causaría un falso efecto de aumento del producto muy por encima de los niveles sostenibles para revertirse en un rebrote de inflación.

El equipo de economistas con paradigma keynesiano, arguyeron que el plan generaría un desplazamiento menor del producto, que las transferencias serían ahorradas y no gastadas, por ende no habría presión en la demanda además de que las ayudas a los niveles regionales y locales de los gobiernos se gastarían de manera gradual, se argumentaba que de darse un aumento en el producto interno bruto, el empleo no aumentaría lo suficiente para presionar a la estructura de precios, pivotándose en la baja correlación existente entre el empleo y la inflación , es decir se requería un desplazamiento demasiado grande del producto para generar inflación.

Pero las expectativas nunca pueden modelizarse en un programa económico y el multiplicador, que define la relación entre la base y la masa monetaria, eran en términos relativos baja y las personas ahorraron los cheques de consumo, los mantuvieron en su propensión de reservas, el gasto de los niveles de gobierno estatal y local aumento en menos de un punto el producto, el empleo no se ajustó al alza y el PIB, no se ha disparado, pero la inflación por su parte si se expandió.

Gran parte del aumento de la inflación tuvo que ver con los hábitos y conductas de los consumidores, es decir con la incertidumbre anunciada por Shirer, el miedo a infectarse, el confinamiento, causaron que se demandase menos dinero en servicios y más en bienes , lo cual aumento los gastos de transporte, abarrotó las capacidades portuarias y el fenómeno de la inflación apareció en los Estados Unidos y en otros países desarrollados, la cifra de inflación para Estados Unidos es la más alta de los últimos cuarenta años 8,2%.

Paul Krugman reconoce como la inflación se expandió, desde sectores acotados hacia todo el sistema los economistas con paradigmas keynesianos esperaban una compensación con el producto que incidiera en una contracción de la inflación, pero el propio Krugman reconoce que tal afirmación resultaba errónea, los cambios impuestos por la pandemia, la invasión a Ucrania y los confinamientos en las principales ciudades de China han contribuido a un aspecto disruptivo en la teoría económica, que demostró el error reconocido por Paul Krugman.

La economía de EEUU, parece estar en una fase de crecimiento en forma de “V”, la contracción del PIB en el primer trimestre anualizada se ubicó en -1,6% y para el segundo trimestre en -0,9%, sin embargo aunque la técnica indica de una posible recesión, los niveles sólidos de empleo con una tasa de desocupación de 3,6% , dan cuenta de que los temores de una recesión son posturas alarmistas, los valores del PIB en la principal potencia del planeta son publicados por la oficina de Estadísticas Laborales y coinciden con el anuncio de la Reserva Federal de aumentar en 0,75 puntos el tipo de interés para frenar la inercia de inflación, igualmente los gastos de los gobiernos regionales y locales son compensados por las exportaciones, las cuales han aumentado como resultado de la fortaleza externa del dólar frente al euro.

Krugman reconoce que los modelos econométricos no son infalibles y que empleó la misma caja de herramientas que usó en 2008, dejando de considerar el nuevo mundo modelado por el COVID 19, asumiendo una lección de humildad y reconociendo que su inferencia o extrapolación nunca fueron una apuesta segura. Una gran lección de mesura y de prudencia para el Presidente y economista Gustavo Petro.

Siendo el Presidente Petro economista de profesión, él sabe que no es un código de buena praxis profesional descontextualizar las fuentes de afirmación de nuestras ideas y menos en economía, igualmente cuando cita a Paul Krugman lo hace para justificar una praxis que en economía es un axioma incontrovertible, la generación de dinero con fines deficitarios acarrea inflación eso se sabía desde 2020, que los costosos planes para paliar los efectos de la pandemia traerían un impacto inflacionario, agravado por el conflicto de Europa Oriental, que nadie esperaba, lo que llama la atención en el twitter de Petro, son las causas que lo motivan a deformar la verdad, ¿Por qué torcer declaraciones de un reputado economista, para justificar el uso de dinero en actividades deficitarias?, es que no resulta suficiente el desastre de la hiperinflación en Venezuela un fenómeno de más de 46 meses que arrasó el 75% del Producto Interno Bruto de su socio natural. Como economista Gustavo Petro sabe que Colombia no puede producir dinero virtual como lo hiciera Venezuela, bajo el amparo de una industria petrolera, que depende de líneas de crédito desde el BCV, superiores a los 23 mil millones de dólares y equivalentes a más del 2400% de la capacidad de producir masa monetaria.

Estas declaraciones le restan credibilidad a la incipiente gestión de Gustavo Petro, sobre todo en materia económica pues consultando la plataforma del Banco Central de la República de Colombia-plataforma por demás amigable-, pude advertir que la meta de inflación para el 2022 era del 3% y ahora aparece corregida a un 9,67%, estoy seguro que como economista el señor Petro habrá leído el primer capítulo de Robert Frank, “pensar como un economista”, pues usted y con todo el respeto a su majestad no lo leyó o quizás se le olvidó, pues cada vez que deforma la verdad aumenta la incertidumbre y la economía no sabe operar en entropía.

Finalmente en las estadísticas del Banco Central de la República de Colombia (BCRC), el tipo de cambio paso de 3.912 cop/usd a 4.375cop/usd, un aumento del 11,84%, debe entonces señor Petro asumir la humildad de Paul Krugman y reconocer que usted cambió las conclusiones de este afamado economista y que en virtud de su juramento profesional, le evitará a los colombianos el impuesto sin regulación de una inflación elevada, que por cierto afecta y en gran medida a quienes son más vulnerables y por ende constituyen a saber su porción poblacional adepta y defendida por su ideología de tenerla, espero que no termine decantándose por la agorafobia y afectando a los colombianos más pobres.

Finalmente esperamos que no sea usted señor Petro la tea ardiente que arrase con la institucionalidad de Colombia, que corrija sus proxemicas con los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, que no suma en un desastre populista a toda la hermana República, como lo hiciera en 2011 con su ciudad capital, para ello debe empezar honrando la vida con humildad y reconocer que si Paul Krugman se equivocó usted mintió y torció la verdad, para justificar sus aviesos planes de financiar gastos deficitarios y desconocerse como profesional, antes que político es usted economista y ciudadano, reconozca pues su error e insufle algo de confianza a su maltrecha imagen populista y clientelar.

La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin.”

Václav Havel




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