Si no sinceramos las cosas y las ponemos en su justo carril, este país de todos se nos va a todos de las manos. La insostenible crisis económica va a terminar por producir un caos social que se va a llevar por delante a gobierno y a oposición. Nadie sabe qué va a pasar en semejante circunstancia, cuando se sustituiría la política por la voz de cualquier caudillo militar que surja, quien vendría a “poner orden” ante la anarquía, como siempre ha ocurrido en América Latina. Yo a eso no apuesto, aunque el desespero y la desesperanza, su aliada fiel, lo esté deseando como desiderátum a este gobierno que cierra las vías democráticas y no se ve otra salida, entonces, que un golpe militar o una insurrección popular. Ese juego peligroso al equilibrio inestable lo propicia, increíble y paradójicamente, el mismísimo gobierno.

Se acaban las vacas gordas para los venezolanos, pero también para los cubiches

Las mafias importadoras son los únicos beneficiarios de este desmadre, porque ya los cubanos están sintiendo el desplome de la inmensa ayuda que se les enviaba con el barril a 100$. Se acaban las vacas gordas para los venezolanos, pero también para los cubiches quienes ahora sin el ingenuo de Obama, sino con el radical Trump en la Casa Blanca van a tener que voltear su mirada hacia el futuro inmediato de la Venezuela sin Maduro.

Es por ello que me atrevo a hacer la propuesta personal, porque no la he consultado con mi partido, de que si fuese posible reanudar el diálogo, por algún gesto serio del gobierno, sigamos esas conversaciones con los cubanos como mediadores, tal como ocurrió en el proceso de paz en Colombia. El diálogo se estancó en Venezuela porque este gobierno se burla de todo el mundo, menos de los cubanos. A Maduro y su claque les importa un comino lo que opine la OEA, los ex presidentes Torrijos, Fernández y Zapatero; le resbala la opinión del Vaticano o de Unasur, pero frente a Raúl es cuando Maduro se pone firme y acata sus dictados, porque es su jefe indiscutido e indiscutible. Si alguien lo duda que le pregunte a Diosdado por qué sigue de segundón.

Todos sabemos que el comunismo, ese gran fraude del siglo XX,  sucumbió con el desplome de la URSS y de todos sus satélites y aliados, ninguno de los cuales ha querido retomar esa senda dejada atrás y, en consecuencia, no tiene futuro en ninguna parte del mundo y los cubanos lo saben. Lo que están comenzando a hacer en Mariel, es el inicio del fin del comunismo en Cuba. Ese país sufre el mismo desastre interno desde que Fidel montó ese engaño, en el año 1959, pero su influencia externa sigue siendo determinante en la región, por su proximidad a las FARC y su estrecha alianza, por ahora, con el chavismo. Digámoslo de una vez por todas: a los gringos les importa un comino la poca azúcar que aún produce Cuba y el poquito tabaco que exporta, les interesa su función  estabilizadora  en la política del eje Colombia-Venezuela. Esa es la única razón por la cual Obama firmó ese tratado que Trump amenaza con revocar.

El diálogo no tiene sentido mientras no exista respuesta del gobierno a los planteamientos serios y urgentes que formuló la MUD para iniciar un proceso de transición en paz, a saber: reconocer la crisis humanitaria para que ingrese al país la ayuda imprescindible en alimentos y medicinas; liberación de todos los presos políticos; el reconocimiento constitucional a la Asamblea Nacional y un cronograma de fecha cierta para un proceso electoral general que resuelva la crisis en consulta al pueblo que es el soberano.

Nada de eso va a responder aquí Maduro y compañía. En Cuba sería otra la postura, porque los cubanos saben que se les va la vida en el equilibrio político venezolano. Ellos quisieran que las cosas quedaran igual si este gobierno tuviese estabilidad política, porque les permitiría seguir corriéndole la arruga a las exigencias gringas de democracia y libertad, pero al no ser así prefieren mantener buenas relaciones con una Venezuela segura que con esta incertidumbre nuestra que se les ha contagiado como la peste. Además si Raúl, nadie creo lo dude, es la mano que mece la cuna de Maduro desde la Habana, vamos entonces a mirarlo de frente para ver si su conducta es la misma que tras bastidores.

La derecha inteligente colombiana así lo entendió y trasladó el debate para Cuba, a sabiendas que el único soporte político internacional de las FARC es ese régimen y allí era donde debía sincerarse el debate de un conflicto que parecía eterno. Así lo hicieron y lograron, lo que parecía increíble, culminar una guerra de 50 años y de más de 200.000 muertos. Nosotros deberíamos evitar la guerra y los muertos, estamos a tiempo…digo yo.

 




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