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Carlos Graffe, dirigente de Voluntad Popular en Valencia, denunció que el embalse de Guataparo está seco desde 2013, lo que impide que su agua se pueda utilizar para el consumo de los carabobeños. «El Gobierno está acabando con nuestro sistema embalses».
Acompañado de un grupo de vecinos y activistas, Graffe acudió al también llamado dique de Guataparo. Agregó que la lemna y bora, algas que nacen en ambientes cargados de fósforo y nitrógeno (presente en aguas residuales) colmaron sus el embalse. «Esta es una consecuencia directa de la calidad».
La razón por la que el embalse no puede llenarse es porque la condición del agua con la que se ejecuta esa tarea está en pésimas condiciones, agregó German Benedetti, exlegislador de Carabobo e ingeniero mecánico. «Además no tenemos electricidad suficiente para transvasar el agua».
Guataparo es un embalse auxiliar de la principal fuente de agua de Carabobo: el embalse Pao-Cachinche. Sus aguas se utilizan para diluir la alta carga de materiales indeseados que llega a la planta potabilizadora Alejo Zuloaga. Es decir, si Guataparo está seco, la calidad del agua que llega a las casas de más de un millón de vecinos es mucho peor.
Hay un único responsable: el Gobierno. Graffe retó al presidente Nicolás Maduro, al gobernador Francisco Ameliach, y a la presidenta de Hidrocentro, Luigina Cercio, a que tomaran agua del embalse. «Que el embalse esté así nos demuestra que el resto del sistema está en graves condiciones».
