*** CAMINO CULEBRERO. Henry Ramos Allup antes de entregar la presidencia de la AN anunció que tenía en sus manos una lista, con nombres y apellidos, de varios jerarcas del régimen, militares y civiles, que ya se han ido del país y de otros tantos que tienen las maletas hechas, ante el inminente derrumbe final del gobierno de Nicolás Maduro. Y si no lo ha hecho hasta ahora, es porque en el grupo de los que están “picando los cabos”, figura un generalote de postín, afecto al chavismo, que le ha pedido al líder de AD, que controle su lengua aunque sea por unos días, porque hay otros 18 altos funcionarios de elevada jerarquía, que están dispuestos a colaborar con la transición, para que sea más rápida y menos traumática, si a cambio se le facilitan condiciones de asilo, incluyendo en la huida a Estados Unidos. Caída en cascada.
*** ALERTA ROJA. Víctor Vargas, presidente del BOD habría conseguido que el oficialismo lo perdonara, después que el mismísimo Maduro ordenó que se le abriera una investigación por sus actuaciones en Credicar, e incluso fue retenido por el SEBIN e interrogado por varias horas por el propio general González López. Este banquero desde hace años identificado con el gobierno de la “revolución”, de la mano de José Vicente Rangel, puso los reales para que el chavismo comprara el diario Ultimas Noticias, y ahora mismo habría hecho las paces con Miraflores, con el encargo de que haga lo mismo con Televen, justipreciada en una suma gorda de dólares. Pie de amigo.
*** ULTIMA ESTOCADA. Así Copei calificó la movida de mata que dio Maduro en su Gabinete, entre las distintas lectura que ha tenido esta decisión sorpresiva como sospechosa. El ascenso de Tarek El Aissami a la Vicepresidencia, es lo que más ha llamado la atención y preocupación, pero esa era la carta que tuvo siempre bajo su manga el Jefe de Estado, que la sacó para aterrorizar no solo hacia afuera, sino también en el seno de su gobierno, sobre todo, para medir la reacción de los gobernadores, la mayoría militares, y más que eso, casi todos identificados con el 4-F, que, evidentemente, apostaban a Vladimir Padrino López como el candidato ideal y más idóneo para sustituir a Aristóbulo Istúriz. Castillo de naipes.
*** MONTAÑA RUSA. La designación de El Aissami no fue tarea fácil para Maduro, pues amén de la resistencia que enfrentó en el PSUV también tuvo que amansar a Raúl Castro, quien al final le dio el visto bueno tras conseguir que Diosdado Cabello también le otorgara el placet, lo cual fue determinante en el nombramiento, ya que Cabello estaría ganado a favor del restablecimiento de relaciones entre Cuba y USA, en medio de lo cual él podría allanar sus dificultades con la DEA, que lo tiene en la mira. Por cierto que el gobernador de Aragua era el único que desde hace años tenía oficinas en el Palacio presidencial, privilegio que jamás lo tuvo el propio DC. Piedra en el zapato.
*** CORBATA PUESTA. El tocayo Francisco Ameliach era otro de los aspirantes a la Vicepresidencia Ejecutiva, argumentando ser un hombre de consenso en el chavismo y no tan mal visto en la oposición. De haber cuajado su aspiración habría matado dos pájaros con un solo tiro, ya que le hubiese permitido salir por la puerta del frente del Capitolio de Valencia y no enfrentar los riesgos que supone una hipotética candidatura a la reelección en la gobernación de Carabobo. La ley del hielo.
*** EN BUENA LID. A Ramón Lobo, ahora nuevo superministro de Finanzas, la única experiencia que se le conoce en la administración pública fue la de haber sido alcalde de la Azulita en el estado Mérida, y en su estreno ya le cayeron las primeras tablas en la cabeza, pues está convocando para hoy la reunión del relanzamiento del Consejo Nacional de Economía Productiva y ni siquiera conoce a un solo industrial privado. La cita al encuentro se la cursaron ayer domingo a los empresarios de Carabobo pasadas las 3 de la tarde, sin tomar en cuenta que la mayoría de las plantas están de vacaciones forzadas por falta de materias primas e insumos y sus directivos será a partir de hoy que irán a las empresas. Zapatero a su zapato.